¿Se repite la historia?
Por: Claudia Fernández
En pleno siglo XXI los conflictos internos que afloran en el seno de la Iglesia Católica, podrían poner en juego el dogma recurrente de la infalibilidad papal, instituido en 1870 (el 18 de julio se cumplieron 153 años) por el papa Pío IX o Pío nono, durante la celebración del Concilio Vaticano I.
Hoy, un simple sínodo, reunión habitual entre los jerarcas eclesiales, podría enterrar la tradicional creencia (dogma) de que el papa es infalible, con los temas candentes que se tratan a partir de hoy y hasta el 29 de octubre en la Santa Iglesia Católica. Francisco enfrenta retos y desmitificaciones. ¿Qué saldrá del “Ensancha el espacio de tu tienda”?
«El dogma de la infalibilidad papal ha de ser recibido como una especie de “bomba atómica” para cuando peligre la unidad de la fe o la comunión eclesial en situaciones excepcionales», la frase proviene de un católico militante, escritor, investigador y además seguidor del papa Francisco, de quien ha escrito varias obras desde su ascensión al solio papal en 2013 ¿su nombre? Manuel Gordo Martínez.
Hoy, se plantea una nueva disyuntiva de cara al sínodo que se está llevando a cabo en pleno Vaticano, en el que el papa Francisco trae propuestas innovadoras, que, de aceptarse podrían cambiar el curso de la religión católica o llevarla a un nuevo cisma de proporciones inimaginables que dividiría el interior pragmático eclesial. Y me refiero al dogma de la infalibilidad del papa, frente a situaciones de orden mundial.
El problema radica, básicamente, en la aprobación o no, del pleno de obispos, arzobispos y cardenales sobre un tema tan peliagudo como a permisividad del matrimonio de la comunidad LGBTQ+, los demás temas constituyen el relleno del pastel. El celibato o la ordenación de mujeres sacerdotes o sacerdotisas, como se le quiera llamar al término.
Desde la realización del Concilio Vaticano II, a la cabeza del papa Juan XXIII, el estremecimiento de la Iglesia Católica actual no había encontrado una situación sin precedentes como la actual.
Los concilios sirven para afincar los dogmas de fe, los sínodos para discutir estos. Nunca antes se había visto peligrar el auto de fe como ahora. Dogmáticos, escépticos, iconoclastas e irreverentes, confluyen hoy en una reunión que podría trazar el surco de la iglesia católica y poner entredicho, la infalibilidad papal, un tema que podría causar una escisión definitiva en el seno eclesial.
Lo cierto es que la situación que se vive en el momento crea gran tensión entre los fieles seguidores del catolicismo, tradicional o modernista y los temas a tratar en él. Surge el cuestionamiento…¿la postura de Francisco, un jesuita que apoyó al Opus Dei, rama civil de la iglesia en su natal Argentina y que formó parte del Santo Oficio, podrá mantener el dogma de la infalibilidad papal? Esa es la pregunta.
