En los últimos años, con el crecimiento de la tecnología en el uso imágenes fotográficas, las nuevas generaciones políticas se han olvidado sus propuestas y han dejado de lado su sensibilidad humana, demostrándolo en una fotografía en momentos de necesidad, sin importar cuál sea.
Este nuevo estilo se puede denominar el síndrome de las fotografías, debido que, tanto para los funcionarios del gobierno, como los candidatos a diferentes posiciones políticas, para entregar una funda con dos libras de arroz y cartón de huevos necesitan cuatro fotógrafos y productor de contenidos audiovisual.
Ante el desastre natural ocurrido en el país, se reafirma que la clase política lo único que le importa es hacerse fotos y presumir que están ayudando, como si ellos no conocen la miseria que vive el pueblo dominicano, debido a la falta de planificación de las autoridades de todas las administraciones.
El síndrome de las fotos, para vender ante una sociedad carente de servicios básicos, que cuando lleguen a la posición van a resolver, el problema es simplemente una utopía, porque ni los que están le interesa resolver, ni lo que pretenden volver, porque ambos se benefician de la pobreza de la población.
Fotografías, discursos básicos entre otras faltas de humanidad, demuestran que a la clase política dominicana no le importa el dolor de la población y aprovechan cada desastre natural para vender la peor falsedad que pueda mostrar, mientras el pueblo continúa la misma desgracia de cada año, el síndrome de las fotos en redes sociales continúa en aumento.