¿Por qué la gente, durante décadas sigue votando por un populista u otro? Todos políticos con diferentes modales, pero populistas al fin.
En principio uno tiende a pensar que la contrapartida de tanto gasto público hoy es la carga tributaria que tiene que soportar la población, la cual podría llevar a rechazar las propuestas populistas, sin embargo, los populistas son populistas, pero no estúpidos, saben qué hacer para sostenerse en el poder. Toman préstamos y difieren todo.
En primer lugar, es importante resaltar que la democracia se convirtió en una carrera populista en la que cada partido político trata de llegar al poder prometiendo la mayor cantidad de redistribución posible. A más promesas de “repartir” riqueza, más votos. Sin embargo, si a todos los votantes tuvieran que cobrarles más impuestos para repartir bienes, entonces perdería la carrera populista, el político populista.
¿Cómo resuelve el problema el populista?
Simplemente aplica la mayor carga tributaria sobre los sectores más reducidos de la población para transferírselos a sectores más amplios. Así, el populista pierde el voto de un sector de la sociedad, pero gana una mayor porción de votos del electorado que es al que beneficia con lo que le “quita” a los sectores más reducidos. Es solo explotar a sectores de ingresos altos y medios para dárselos a sectores de ingresos más bajos.
El balance del aumento de la presión tributaria versus los votos ganados por el populismo es lo que hace la diferencia a favor del político populista.
Claro que a mayor redistribución mayor carga tributaria, por lo tanto, el populista tiene que buscar sectores más amplios de la sociedad para ampliar la base imponible, lo cual lo lleva a generar descontento en sectores de la población que antes no expoliaba, perdiendo caudal de votos.
El punto es muy evidente. En su carrera populista los políticos primero aplican una feroz carga impositiva sobre los sectores que crecen, que ganan mucho y abren puestos de trabajo. Esto desestimula la inversión, baja la productividad y disminuye la riqueza a distribuir (ver lo que paso al chavismo en Venezuela y kirchnerismo en Argentina).
Cuánto menor riqueza hay, menos habrá para repartir y se buscan otros sectores a los que castigar con impuestos hasta que la carga tributaria abarca a tantos sectores que, finalmente, la trampa original de cobrarle mucho a pocos para distribuir entre muchos se desdibuja y tienen que cobrarles mucho a muchos.
Por eso, creo viene inevitablemente una reforma fiscal y tributaria en R. Dominicana, después de elecciones, empecemos a tomar nota de los planes de los candidatos a presidente para elegir por proyectos, no por promesas, ni cara bonita o historial del pasado. Todo cambia y el que gane debe renovar sus asesores, no perpetuar la misma fórmula con los mismos
Felicito y estoy atento a medidas de economista y presidente electo, Javier Milei a quien respeto mucho y creo será modelo libertario para dejar de solo cobrar impuestos, repartir subsidios y repetir ese modelo, sin salir de una casta que se ha beneficiado por décadas y las base soportando inflación, hambre y desesperanza.