Por: Frank Pacheco
Estaría de más comentar que el pasado Debate Presidencial organizado por la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios fue todo un éxito, además de ser un gran hito para la democracia dominicana.
El pueblo aplaude de pie.
En este encuentro en el que los candidatos presidenciales estaban llamados a exponer sus propuestas de Gobierno, el pueblo dominicano pudo contemplar tres visiones de país: la del pasado, la del presente y la del futuro.
En ese sentido, observó la gente la participación del candidato de la Fuerza del Pueblo, que en sendas ocasiones tomó la palabra para hacer rememoraciones del pasado y añoranzas, intentando polemizar con el Presidente y presentando algunas propuestas de su Gobierno.
Por otro lado, el pueblo dominicano también examinó las intervenciones del candidato reeleccionista, actual presidente de la República, quien, entrampado en el presente, se dedicó a tratar de convencer a la gente, con datos imprecisos, de que ahora vive mejor que antes.
Pero como el sentido común es el más común de los sentidos, no pudo lograr su objetivo, porque el pueblo vive una realidad muy distinta a la supuesta generación de empleos, seguridad ciudadana, protección social y mejoras en salud y educación, presentada por el presidente que pretende reelegirse. Peor aún, amenazó con profundizar ese cambio.
¡Y en eso llegó Abel! Con propuestas concretas y detalladas, enfocado en llevar soluciones, el candidato presidencial del PLD presentó un programa que garantiza un futuro seguro.
Elocuente, pausado y convincente, Abel Martínez les habló a los campesinos que pueblan y siembran esta patria, a los trabajadores, a las mujeres, a los jóvenes, a los empresarios y emprendedores del país.
“Quiero que el pueblo busque nuestro programa de gobierno, que va en la dirección de garantizar un Futuro Seguro para todos los dominicanos, que podamos transitar hacia la nueva política, de resultados, no de promesas”, se le escuchó decir a Abel en el cierre del debate.
La suerte está echada. La población ya conoce la visión y la intención de los candidatos. Lo indiscutible es que, en el venidero certamen electoral, los votantes tendrán frente a sus caras una boleta, en ese cubículo, a solas, con tres opciones; tendrán la oportunidad de elegir entre el pasado, el presente y el FUTURO.