El expresidente Leonel Fernández, mediante la queja poselectoral expresada en su artículo: “PRM: estrategia para comprar elecciones”, por medio del cual pretende justificar su amarga derrota, ha iniciado su carrera para tratar de conquistar la presidencia de la República en las elecciones de 2028.
Las quejas y querellas de Fuerza del Pueblo (FP) empezaron un año antes de las Elecciones Municipales y solo se detuvieron el día de las Presidenciales, Senatoriales y de Diputaciones.
A pesar de que casi siempre se trató de casos relativos a aspectos tradicionales de los procesos electorales, que ellos nunca cuestionaron mientras gobernaron el país durante 16 años consecutivos, la Junta Central Electoral, con el apoyo del Partido Revolucionario Moderno (PRM), acogió la mayoría de las propuestas formuladas por la oposición.
En ese sentido, el PRM y el presidente de la República, Luis Abinader, decidieron apoyar, sin reparos, las demandas de los partidos de la oposición y las iniciativas de la JCE que contribuyeran con la transparencia y la integridad de las elecciones.
Sin duda, nunca un partido de gobierno y su candidato contribuyeron tanto con la transparencia e integridad de unas elecciones como el PRM y Luis Abinader. Por primera vez no se presentó una sola imagen de uso de bienes del Estado en unas elecciones.
Por tal razón, cuando las universidades de Sydney y de Harvard rindan su informe comparativo de integridad electoral en The Electoral Integrity Proyect, colocarán las pasadas elecciones en uno de los primeros lugares en integridad electoral, contrario a las elecciones que se realizaron durante los gobiernos del PLD y el presidente Fernández, que ocuparon el antepenúltimo lugar de las 27 naciones de América.
El seguro candidato de Fuerza del Pueblo, que había reconocido el triunfo de Luis Abinader, parte de la premisa de que el PRM, producto de la crisis sanitaria, provocada por el Covid-19, la económica y la social no podía ganar las elecciones.
Para el expresidente, Fernández, el presidente Abinader estaba condenado a perder indefectiblemente, pasando por alto que tuvo la gestión más exitosa en América y una de las mejores del mundo en el manejo de la crisis sanitaria, la cual fue reconocida por las organizaciones Mundial de la Salud (OMS) y Panamericana de la Salud (OPS), lo mismo que en la economía, el turismo, la crisis alimentaria y la crisis haitiana, también reconocida por diversos organismos internaciones.
Al finalizar su artículo, el antiguo líder peledeísta trata de empañar la límpida victoria del presidente Abinader, al sostener lo siguiente: “En resumen, más que ganar unas elecciones, lo que el gobierno hizo fue comprar unas elecciones. Eso fue todo, y nada más”.
Afortunadamente, en las pasadas elecciones fueron superadas las prácticas de uso desenfrenado de recursos del Estado, como ocurrió en las elecciones de 2008, en las que el expresidente Fernández fue reelecto, después de vencer en las primarias al expresidente Danilo Medina, quien impotente pronunció la famosa frase: “Me venció el Estado”.
También quedaron en el pasado elecciones como las de 2012, en las que el propio expresidente Fernández adelantó, frente a sus seguidores, que utilizaría 40 mil millones de pesos para ganar las elecciones, provocando en las mismas el mayor déficit de la historia, que ascendió a 196 mil millones de pesos.