El Ejército de Israel lanzó ataques aéreos contra siete regiones del Líbano en respuesta al ataque del grupo chií libanés Hizbulá, que causó la muerte de 12 niños y adolescentes en la ciudad drusa de Majdal Shams, en los Altos del Golán ocupados.
El ataque de Hizbulá fue perpetrado con un misil iraní Falaq 1, que es propiedad exclusiva del grupo, y tenía una carga explosiva de 53 kilos. El cohete cayó en un campo de fútbol donde jugaban niños y niñas drusos, causando la muerte de 12 personas.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, condenó el ataque y prometió que Hizbulá pagaría un alto precio por ello. También convocó al gabinete de seguridad.
Miles de personas se concentraron en Majdal Shams para despedir en un funeral colectivo a 11 de los 12 niños que murieron en el ataque. El líder espiritual druso, Sheikh Mowafaq Tarif, calificó el ataque como un “sábado oscuro” que quedará “grabado en la memoria como un punto bajo en la humanidad”.
Hizbulá negó haber realizado el ataque, pero el Ejército israelí acusó al grupo de mentir y aseguró que “conocen exactamente” el punto del lanzamiento del cohete.
El Gobierno del Líbano pidió una investigación internacional.