Acusa a los países occidentales y a los oligarcas haitianos de ser responsables de la actual violencia en Haití
En un mensaje desafiante, Jimmy Cherizier, alias Barbecue, líder de la coalición de pandillas Vivamos Juntos, criticó a Estados Unidos, Francia y Canadá por manipular a la Comunidad del Caribe para imponer un gobierno en Haití que sirva a sus propios intereses.
Cherizier, un exoficial de policía, acusó a los países occidentales y a los oligarcas haitianos de ser responsables de la actual violencia en Haití
Advirtió a las tropas extranjeras, lideradas por Kenia, que derramarán sangre si intentan controlar su territorio.
En ese sentido, invitó a los soldados de Kenya a marcharse a casa, pues hasta hoy luego de dos meses siguen sin derrotarlos.
En un mensaje más empático indicó que los oficiales kenianos son hermanos y podemos evitar cualquier confrontación que conlleve a la pérdida de vidas en ambos bandos, expresó el jefe de Vivamos Juntos para el programa Emergencias panafricanistas amplificado aquí por el diario digital Haití Libre.
El líder pandillero invitó a los soldados de Kenya a marcharse a casa, pues hasta hoy luego de dos meses siguen sin derrotarlos
En respuesta a las intervenciones extranjeras, Barbecue propuso inicialmente un diálogo con el gobierno como un primer paso para pacificar el país, pidiendo la creación de políticas públicas para la clase obrera.
En respuesta a ese pedido, el primer ministro de transición, Gary Conille, insistió en que las pandillas deben deponer las armas y respetar la autoridad del Estado antes de cualquier negociación.
En un video reciente, Barbecue dejó claro que está listo para confrontar a las fuerzas internacionales, desmintiendo cualquier intención de diálogo.
Barbecue señaló que su lucha es para liberar a Haití de políticos corruptos y oligarcas. “No es una revolución pacífica, es una revolución sangrienta”, declaró, responsabilizando a las potencias extranjeras por el derramamiento de sangre inminente.
Barbecue señaló que su lucha es para liberar a Haití de políticos corruptos y oligarcas. “No es una revolución pacífica, es una revolución sangrienta”, declaró
Cherizier reafirmó su compromiso con una Haití libre, invocando el espíritu de Dessalines y desafiando a la PNH, diciendo que nada los hará abandonar su país.
Para él, la intervención extranjera solo empeora la situación, y mientras las potencias extranjeras sigan interfiriendo, el conflicto se intensificará.
Las pandillas, según Barbecue, están decididas a mantener su territorio y combatir la opresión, sin importar los costos. Prensa Latina