Santo Domingo, RD. – Desde el año 1954, cuando Rafael Leónidas Trujillo declaró de alto interés nacional la adquisición del Estado de la compañía eléctrica mediante la Ley 4018, que estaba en mano de los americanos, y que, en 1955 pasó a llamarse Corporación Dominicana de Electricidad (CDE), tras lo cual el servicio de energía eléctrica se convirtió en un cáncer para el pueblo dominicano.
Trujillo tomó la decisión de comprar esta compañía, por el abuso que estaban cometiendo contra el pueblo dominicano aumentando la tarifa y generado múltiples apagones, hecho que 69 años después continúan siendo un cáncer en el país.
Han pasado varios gobiernos y el problema de la energía eléctrica continúa siendo el Cáncer del pueblo dominicano, que en los últimos días está generando metátesis, sin que especialistas en la materia puedan ver cuál será la cura.
En los últimos días, los apagones están causando grandes problemas en la población y generando ganancias para los empresarios del sector eléctrico, pero están dejando perdida cuantiosa en los pequeños empresarios y en los hogares del país.
Una de las quejas es la alta tarifa, a la cual se le ha aumentado hasta 50% y nadie tiene una explicación real de los hechos, todos pareciera como si fuera una trama en contra de los más pobre y generar un caos en el gobierno.
Cada 4 años, en época electoral, el tema eléctrico es de interés para los candidatos que proponen soluciones.
En 1996, el expresidente Leonel Fernández prometió terminar con el tema de los apagones en siete meses; asimismo lo prometió Hipólito Mejía y luego volvió y lo prometió en 2004 Leonel, y solo fueron promesas.
Entre esperanza y buenas intenciones llega Danilo Medina al poder en año el 2012, donde dicen que la Termoeléctrica Punta Catalina era la solución para los apagones de la República Dominicana; pero llegó al 2024, y la población sigue sufriendo la desgracia de no tener un sistema de energía eléctrica estable.
Gasto para la familia
Como alternativas a los apagones, las familias han recurridos, nueva vez, a la instalación de inversores para garantizar luz y energía en sus hogares, agregando más gasto a su prepuesto, que está bastante afectado por el alto costo de la canasta familiar.