Antes de impulsar el bolígrafo, abrí el “Mata Burro”, como en los años 1949 llamaban al diccionario Larouse en la Armada Dominicana. Leí: Corruptela: mala costumbre o abuso, especialmente los introducidos contra la ley.
Con la ausencia plena de la moral administrativa en el sistema político estamos en una podredumbre, inmenso vacío del buen comportamiento. No tiene vida el sentimiento penoso de la propia indignidad. ¿Qué hacer? Eliminar lo podrido basado en la justa razón de los malos hábitos. Lo esencial es comprender que el cambio al dominio moral debe partir de arriba. El superior sea el ejemplo a seguir. Es la manera de superar todos los obstáculos del sistema. No hay duda, la corrupción y la impunidad nos han robado la vida presente y futura con sus incalculables enriquecimientos ilícitos, deuda interna y externa que el biznieto que no ha nacido está incluido a pagar los impuestos de esa deuda.
Urge la superación cortando el mal, nada podrá detener la fuerza moral de la libertad económica perdida, de este pueblo abusado. Que se imponga el espíritu moral y el despotismo de la corruptela sea destruido.
Que se caliente, vibre el espíritu de coraje moral permanentemente que hoy está dormido en el pueblo. Darle vida, es de inmenso valor, indestructible… ayuda a seguir la marcha del pueblo bueno, para el justo, arrebatado bienestar de la familia. Las amarguras y las precariedades no se pueden ocultar, surgidas por la impunidad. Todos nos conocemos, es realizar las transformaciones morales y borrar la pública desvergüenza social que tantos males crea.
Separar el poder político de la justicia es el camino de la libertad, seguridad y bienestar y por supuesto la muerte de la corruptela. La completa con su impunidad es el gran monstruo que se ha tragado la calidad de vida de los desposeídos.
Es posible y esto lo ha demostrado las marchas sociales que se han realizado en los últimos tiempos con energía natural de su derecho. Cambiar es darle vida, solo ser lo que creemos que somos hombres con dignidad de vivir en bienestar, paz y respeto. Volver a ser dominicano: vivir la vida…
Nuestro invitado de hoy Sócrates: El secreto del cambio está en focalizar tu energía, no luchar contra lo viejo, sino construir lo nuevo. Consérvese bueno.
Después de soltar el bolígrafo, las fieles neuronas me llamaron al recuerdo que Marco Tulio Cicerón entendía la corrupción como un verdadero cáncer que devora el corazón de un Estado.
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.
