Juan Arturo Recio | ESPN Digital
Cleveland no ha tenido éxito en su historia de postemporada, pero 2024 presenta una gran oportunidad.
La historia de postemporada de Cleveland Guardians es una llena de decepciones. El equipo cuenta con dos campeonatos de Serie Mundial, siendo el más reciente el de 1948, sin embargo, del mismo modo, han perdido en cuatro oportunidades en el escenario y a pesar de ser uno de los equipos más competitivos de la Liga Americana, especialmente durante la última década, donde han acumulado cinco viajes a la postemporada, sin contar 2024, no han logrado trascender más allá para llamarse campeones.
Desde 2016 hasta ahora, los Guardians han ido seis veces a la postemporada, con su viaje más profundo siendo precisamente el de 2016, donde terminaron perdiendo frente a Chicago Cubs, luego de tener una ventaja de tres juegos sobre uno. El único jugador que queda en la franquicia de ese equipo de Serie Mundial es José Ramírez.
Sin embargo, a diferencia de 2016 y de los años subsiguientes, esta versión de los Guardians es, al menos en el papel, una de la que menos jugadores de renombre tiene y contrario a esa época, donde Francisco Lindor era la figura principal, desde hace unos años ese lugar le pertenece a José Ramírez.
“La Para” es un jugador escepcional y su temporada 2024 así lo demuestra, sin embargo, el grupo que lo rodea no cuenta con otro jugador de élite, sino que este viaje a postemporada ha sido un gigantesco esfuerzo de conjunto, en el cual varios jugadores tuvieron grandes momentos a lo largo del año. Estos Guardians dependen del juego en conjunto perfecto y no de las individualidades, lo cual en postemporada, suele ser una receta para el éxito, tomando en cuenta que no se depende de un único jugador, sin importar su nombre.
Hasta 2020, Cleveland era completamente dependiente de las genialidades de Lindor y aunque contaban con un Ramírez que era altamente productivo y el complemento perfecto para el boricua, cuando ambos fueron anulados, el equipo se estancó.
Una de las lecciones que deben tomar de los equipos pasados es exactamente esa, lo colectivo sobre lo individual y si en el camino aparecen algunas individualiades extraordinarias, hacer todo lo posible porque estas se mantengan por el mayor tiempo posible. En series cortas normalmente gana el equipo que más rápido se encienda y no necesariamente el de mejores nombres.
Esto toma especial relevancia cuando vemos que a nivel ofensivo, este es un Cleveland mucho más débil que en temporadas anteriores. Este año, la línea estadística del equipo terminó en .238/.307/.395, frente a .254/.316/.383 de 2022 y a .262/.329/.430 de 2016, el año de su última Serie Mundial.
En cuanto al pitcheo, esta debe ser la carta de presentación de los Guardians. Por gran parte del año, el conjunto no contó con Shane Bieber, su mejor lanzador, pero a pesar de ello terminaron con el segundo mejor promedio de carreras limpias permitidas de la Liga Americana con 3.61 y etuvieron dentro de los mejores cinco conjuntos en prácticamente todos los departamentos, incluidos ponches con 1,410 en toda la temporada.
Un pitcheo sólido siempre es clave en la postemporada, especialmente cuando dos de los rivales que quedan en la Serie Divisional son rivales de la división central de la Liga Americana y el otro es dueño de una de las ofensivas más productivas de 2024, New York Yankees.
Los Guardians tuvieron marca de 26 ganados y 17 pérdidos en partidos de una carrera, superando a Yankees (19-18) y Kansas City Royals (17-21), pero qeudando por debajo de Detroit Tigers (31-24), por lo que su pitcheo resultará ser esencial en juegos cerrados contra cualquiera de esos equipos.
La defensa es un elemento que Cleveland debe replicar de sus viajes anteriores a la postemporada. Este año cometieron 87 errores, la segunda mayor cantidad entre los cuatro equipos que quedan en al Liga Americana, solo quedando por encima de Yankees (93). Esto representa una mejora de los 97 que cometieron los Guardians en 2022, su más reciente viaje a la postemporada antes de este año.
En resumidas cuentas este es un Cleveland que en varios aspectos se muestra más débil que durante los últimos cinco viajes a postemporada, cuya forma de ganar tendrá que ser tomar algunas cosas de esos equipos que clasificaron en años anteriores y unirlas a su gran trabajo colectivo de la actual temporada. Fuera de Ramírez o de Emmanuel Clase, Cleveland no ha contado con nadie de élite lo que hace fundamental que este equipo busque múltiples formas de ganar, no dependiendo de un solo estilo de juego. De lo contrario, el destino será el mismo de años anteriores.