Ciudad del Vaticano. -El papa Francisco llamó a la desescalada bélica en Ucrania y Oriente Medio y denunció la “masacre” de “demasiados niños” en las guerras y la destrucción de hospitales, escuelas e infraestructuras civiles.
“Este lunes se inaugurará en Ginebra una importante conferencia internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja por los 75 años de la Convención. Que este evento despierte las conciencias para que en los conflictos se respeten la vida y la dignidad de las personas y los pueblos”, dijo tras el rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico.
Pidió también que se respete “la integridad de las estructuras civiles y los lugares de culto en respeto al derecho internacional humanitario”. “Es triste ver como en la guerra se destruyen los hospitales y las escuelas”, denunció.
Francisco pidió “por favor” continuar rezando por la paz en Ucrania, Palestina, Israel y el Líbano para que “se ponga fin a la escalada y se priorice el respeto de la vida humana” que, advirtió, “es sagrada”.
“Las primeras víctimas son la población civil, lo vemos todos los días. Demasiadas víctimas inocentes. Vemos cada día imágenes de niños masacrados, demasiados niños. Recemos por la paz”, denunció.
Sínodo
El papa Francisco clausuró el Sínodo, la “cumbre” de obispos y laicos de todo el mundo reunidos el último mes en el Vaticano, abogando por una Iglesia que “no permanezca quieta” sino que “recoja el grito de la humanidad”.
“Hermanos y hermanas: no una Iglesia sentada, sino una Iglesia en pie. No una Iglesia muda, sino una Iglesia que recoge el grito de la humanidad. No una Iglesia ciega, sino una Iglesia iluminada por Cristo (…) No una Iglesia estática, sino una misionera, que camina con el Señor por las vías del mundo”, instó en su homilía en una misa de clausura en la basílica de San Pedro.
Una iglesia activa ante los actuales problemas
En la misa de cierre, en una basílica vaticana en la que relució restaurado el enorme baldaquino de Bernini, el papa urgió a su iglesia, extendida en todo el planeta, a no permanecer “quieta” ante los problemas del mundo actual. “Frente a las preguntas de las mujeres y hombres de hoy, a los retos de nuestro tiempo, no podemos quedarnos sentados”, reclamó.