Conozca la revolución de los bandidos. El ejército invasor norteamericano aplicó en la República Dominicana la teoría de Il Duce Benito Mussolini, quien decía que prefería trabajar con los bandidos en lugar de gente honesta.
Según Mussolini (fundador del fascismo), son los bandidos quienes realizan los cambios (las revoluciones), el trabajo sucio, ese tipo de labor que un hombre de principios jamás haría. Esta visión fascista explica claramente por qué los soldados norteamericanos contrataron al joven Rafael Leonidas Trujillo Molina con su cuestionada moral y su fama de violador de mujeres, asesino, temperamento violento, pillo, robo postal, fraudes diversos (falsificador de cheques), un cuatrero célebre (ladrón de vacas y caballos).
Trujillo se unió a la Guardia Nacional en 1918, una fuerza creada por Estados Unidos para perseguir a los revolucionarios nacionalistas, a los grupos de resistencia armada. Su ascenso dentro de la carrera militar fue rápido, en 1924 alcanzó el rango de mayor, dirigiendo el Departamento Norte de la institución. En 1927, pasó a formar parte de la Brigada Nacional, que reemplazó a la Guardia Nacional, y ascendió al rango de general. Un año después, en 1928, se convirtió en comandante del Ejército Nacional.
El general Trujillo (39 años) estructuró un plan para llegar a la Presidencia de la República. Enarboló la consigna ¡No hay peligro en seguirme! Logró tener el apoyo de los norteamericanos, a quienes les dio garantía de que iba a proteger los intereses de esa nación. Prometió que sería un celoso guardián de los inversionistas de los Estados Unidos, tanto en el sector de la caña de azúcar como en las exportaciones e importaciones de las empresas estadounidenses.
Sobre la prensa, el historiador Bernardo Vega narra en su libro Trujillo y Desiderio Áreas se Escriben que el periódico Listín Diario se refirió a Trujillo como “el pundonoroso general”, mientras hablaba de los grandes dotes del jefe del Ejército.
La lista de las figuras que apoyaron a Trujillo es larga, se destacan el doctor Joaquín Balaguer, el licenciado Rafael Filiberto Bonnelly, el general y senador de Montecristi, el cacique de la Línea Noroeste, Desiderio Áreas, y el doctor Rafael Estrella Ureña. Este último fue compañero de boleta de Trujillo en las elecciones de 1930.
Al final de la puesta en circulación de la biografía titulada: La agitada vida de Rafael Estrella Ureña, de la autoría del destacado profesor universitario Rafael Darío Herrera, en la Academia Dominicana de la Historia, el fallecido profesor e historiador don Adriano Miguel Tejada comentó que las personalidades que apoyaron a Trujillo lo subestimaron. “Pensaban que iban a engañar a ese guardia bruto, les salió el tiro por la culata, fue Trujillo el que los manipuló a todos, el guardia bruto fue más inteligente que los intelectuales”, comentó don Adriano.