En el ataque se usaron vehículos teledirigidos equipados con ametralladoras, drones kamikaze y equipos de vigilancia aérea
Ucrania ha dado un paso importante en la evolución de la guerra moderna al lanzar su primer asalto exclusivamente robótico contra una posición rusa, logrando hacer retroceder a las fuerzas enemigas pese a estar en inferioridad numérica. El ataque, realizado cerca de Lyptsi, en la región de Kharkiv, utilizó una combinación de vehículos teledirigidos equipados con ametralladoras, drones kamikaze y equipos de vigilancia aérea, según informó el ejército ucraniano.
Volodymyr Dehtiarov, representante de la Brigada Khartiia de Ucrania, destacó que «docenas de unidades de equipos robóticos y no tripulados» fueron desplegadas simultáneamente en un área limitada del frente. Este avance responde a la necesidad de Kiev de contrarrestar la escasez de personal militar frente a un enemigo que mantiene una ventaja de tres a uno en ciertas zonas de combate.
El asalto, llevado a cabo por la 13ª Brigada de la Guardia Nacional, marca un hito al ser la primera operación de armas combinadas exclusivamente robótica. La brigada opera en un tramo crítico de la línea del frente donde unas 6000 tropas rusas intentan avanzar contra los 2000 efectivos ucranianos. Según Dehtiarov, la maniobra fue un éxito, aunque las afirmaciones no han sido verificadas de manera independiente.
Imágenes difundidas por la Brigada muestran el funcionamiento de los vehículos terrestres no tripulados (UGV) y drones aéreos (UAV), controlados desde un centro de mando mediante dispositivos similares a controles de videojuegos. Los UGV, que asemejan pequeños tanques armados, avanzaron hacia las posiciones rusas mientras los drones kamikaze se estrellaban contra los soldados enemigos. Simultáneamente, otros drones lanzaban minas en las rutas de retirada rusas, ampliando el alcance del ataque.
La operación refleja el enfoque tecnológico que Ucrania ha adoptado en su estrategia militar. Un reciente informe del Instituto para el Estudio de la Guerra destacó los esfuerzos de Ucrania para aprovechar las innovaciones tecnológicas como una forma de contrarrestar las limitaciones de personal, en contraste con la estrategia rusa de aceptar elevadas tasas de bajas a cambio de avances territoriales menores.