SANTO DOMINGO.- Cada tercer lunes de enero, Estados Unidos conmemora el legado de Martin Luther King Jr., líder de los derechos civiles que marcó un antes y un después en la lucha por la igualdad, la justicia y la no violencia.
Este año, la festividad coincide con la toma de posesión presidencial, lo que algunos interpretan como un contraste simbólico entre el traspaso de poder y el compromiso con los ideales de King.
La propuesta para establecer un día en honor a King surgió en 1968, tras su asesinato en Memphis, Tennessee. El congresista John Conyers presentó un proyecto de ley apenas cuatro días después de su muerte, pero enfrentó una resistencia significativa.
King, a pesar de ser galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1964, era visto como una figura controvertida debido a sus críticas hacia la pobreza, la desigualdad y la guerra de Vietnam.
Durante los siguientes 15 años, la legislación fue bloqueada en repetidas ocasiones, mientras su viuda, Coretta Scott King, y figuras públicas como Stevie Wonder impulsaban la causa.
La presión social y el cambio en la percepción pública llevaron a que, en 1983, el Congreso aprobara el Día de Martin Luther King Jr., firmado por el presidente Ronald Reagan. Sin embargo, no fue hasta el año 2000 que los 50 estados adoptaron oficialmente la conmemoración.
En 1994, bajo la administración del presidente Bill Clinton, se promulgó una ley que transformó esta festividad en el Día Nacional del Servicio. Desde entonces, miles de estadounidenses participan en proyectos comunitarios que reflejan los valores de King: limpieza de vecindarios, recolección de alimentos, donación de sangre y otras actividades solidarias.
Michael Smith, director ejecutivo de AmeriCorps, destacó que se han distribuido 1.5 millones de dólares para financiar proyectos en más de 200 organizaciones sin fines de lucro, movilizando a cientos de miles de voluntarios en todo el país.
La instauración del día festivo no estuvo exenta de controversias. Estados como Arizona y Carolina del Sur resistieron durante años su implementación.
En Arizona, la revocación de la festividad en 1987 por parte del gobernador Evan Mecham desató protestas masivas, cancelaciones de conciertos e incluso la pérdida de la organización del Super Bowl, lo que llevó al estado a reinstaurar el día festivo en 1992.
Carolina del Sur fue el último estado en reconocer oficialmente el día en el año 2000, aunque permitió la conmemoración simultánea del Día de la Memoria de los Confederados, lo que generó tensiones con grupos de derechos civiles.
Bernice King, hija del líder homenajeado, resaltó la importancia de recordar el verdadero propósito de esta fecha: promover la igualdad y la acción comunitaria. “No es un día para descanso, sino para la acción y el cambio”, afirmó.
En la actualidad, el Día de Martin Luther King Jr. no solo recuerda la lucha por los derechos civiles, sino que invita a los estadounidenses a reflexionar sobre el progreso logrado y los desafíos pendientes en la búsqueda de una sociedad más justa e inclusiva. Con eventos, marchas y actos de servicio en todo el país, la jornada consolida el sueño de King como una meta vigente para las generaciones presentes y futuras.