Del Pulpo Eléctrico a las Anguilas Aléctricas

En la República Dominicana, la corrupción en el sector eléctrico sigue un patrón cíclico: aparece, se denuncia y luego resurge de manera más sofisticada. Tras el escándalo del «Pulpo Eléctrico», ahora surge el caso de las «Anguilas Eléctricas», que involucra a empresas generadoras de electricidad, funcionarios y contratistas. A diferencia del «pulpo», las «anguilas» operan de forma más encubierta, extendiendo su influencia más allá del sistema eléctrico, hacia comisiones ilegales, obras públicas innecesarias y licitaciones amañadas. Estas prácticas se disfrazan como desarrollo comunitario, pero en realidad son un sistema de sobornos y favores políticos.

El impacto de estas acciones no es solo económico, sino también moral, institucional y ambiental. Las «anguilas» han afectado ecosistemas al extraer sedimentos de ríos, bajo el pretexto de mejoras. Este sistema premia a quienes saben operar dentro de la legalidad aparente, utilizando empresas de fachada y contratos bien documentados. Mientras tanto, la población enfrenta tarifas eléctricas altas y apagones, mientras las promesas de modernización se desvanecen.

El problema es político, estructural y cultural. Aunque se han hecho esfuerzos por mejorar la transparencia, no hay suficiente voluntad para erradicar estas prácticas. Es necesario auditar proyectos eléctricos, revisar licitaciones y establecer consecuencias reales para evitar que estas prácticas se repitan. Sin consecuencias, solo se fomenta la aparición de nuevos actores corruptos.

Fuente: El Testigo

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