Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco celebrará mañana en la plaza de San Pedro la canonización del sacerdote argentino José Gabriel del Rosario Brochero, el «cura Gaucho», y del mexicano José Sánchez del Rio, asesinado a los 14 años durante la revuelta contra los llamados «cristeros».
Durante la ceremonia también se celebrará la proclamación de otros cinco santos: el obispo español Manuel González García; dos sacerdotes italianos, Lodovico Pavoni y Alfonso Maria Fusco, y dos religiosos franceses, Salomone Leclercq y Elisabetta della Santissima Trinità.
Todos ellos serán elevado a los altares en una ceremonia multitudinaria en la plaza de San Pedro y después de que se pronuncie la fórmula en latín: «En honor de la Santísima Trinidad, por la exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo y de los santos apóstoles Pedro y Pablo, después de haber reflexionado largamente e invocado la ayuda divina, y escuchando el parecer de muchos de nuestros hermanos obispos».
Posteriormente, se pedirá «la inscripción en el libro de los Santos».
En el caso de Brochero, este será el primer santo argentino reconocido como tal, pues nació, desarrolló su actividad y murió en ese país.
Ya que el primer santo oficializado por el Vaticano y nacido en Argentina es san Héctor Valdivielso Sáez, también conocido como san Benito de Jesús (1910-1934), que a los cuatro años fue llevado por sus padres a España.
El primer milagro de Brochero admitido por la Santa Sede fue el de Nicolás Flores, quien, cuando tenía solo once meses, se recuperó de un accidente de tráfico que le dejó en estado vegetativo.
Será Nicolás quien llevará las ofrendas, junto con sus padres, durante la ceremonia de mañana.
El segundo milagro, que hace posible la canonización, es la recuperación de una niña de la norteña provincia de San Juan que estuvo al borde de la muerte tras ser brutalmente golpeada.
Nacido en Villa Santa Rosa (Córdoba), el cura Brochero desarrolló su labor misionera en una amplia zona de las serranías de esa región argentina, donde se desplazaba a caballo o en mula y hablaba con la gente de campo, los gauchos, en su misma lengua.
Fue «un verdadero pastor con olor a oveja», en palabras del papa Francisco.
Para esta ceremonia han llegado miles de argentinos, sobre todo de Córdoba, y una delegación oficial encabezada por el presidente Mauricio Macri, junto a su esposa y sus hijas, y la canciller, Susana Malcorra.
El mexicano José Sánchez del Río (1916-1929) es considerado uno de los mártires católicos más importantes del siglo XX, muy querido en su país.
La historia de su encarcelamiento, tortura y fusilamiento por no querer apostatar lo ha convertido en una figura crucial en la historia de la Iglesia mexicana.
A pesar de su edad, se alistó en las filas de los llamados «cristeros» en una guerra civil que causó miles de muertos en el país, nacida por la confrontación entre la Iglesia y el Gobierno del presidente Plutarco Elías Calles debido a una ley que reforzaba la separación entre el Estado y la Iglesia y que limitaba las actividades de los religiosos.
Nacido el 28 de marzo de 1913 en la ciudad de Sahuayo (estado de Michoacán), Sánchez del Río será nombrado santo después de que el papa Francisco firmara, el pasado enero, el decreto con el que reconocía un milagro por su intercesión.
El milagro que se le atribuye es el de sanar a Ximena Guadalupe Magallón Gálvez después de que a esta niña -que nació el 8 de septiembre de 2008 en Estados Unidos y un mes después sus padres la llevaron a vivir a Sahuayo- se le diagnosticara un 90 por ciento de muerte cerebral.
El 20 de noviembre de 2005, se beatificó en la ciudad de Guadalajara (oeste de México) a Sánchez del Río junto con otros doce «mártires» de la Guerra Cristera, entre ellos el presbítero español Andrés Solá Molist (1895-1927) y los mexicanos José Anacleto González Flores (1888-1927) y José Dionisio Luis Padilla Gómez (1899-1927).
Papa canonizará «niño cristero» y argentino cura Brochero
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
Story
Page