Los secretos que las azafatas jamás cuentan a los pasajeros

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||

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Siempre las vemos sonriendo y trabajando de una manera tremendamente efectiva. Pero aunque son educadas, simpáticas y serviciales, jamás las verás hablando más de la cuenta. Ni mucho menos yéndose de la lengua y contando los aspectos más oscuros de su trabajo.
 
Pero gracias a Internet, podemos saber de primera mano las claves secretas que dominan las profesionales de la aviación comercial, y que el resto desconocemos. En un hilo abierto en Quora, la web de preguntas que son respondidas por los mayores expertos del mundo, varias auxiliares han hablado sobre “Los secretos que las azafatas saben y que nunca cuentan a los pasajeros”.
 
Allí, por ejemplo, se responde a una pasajera con miedo a volar que pregunta sobre cómo se pueden evitar las turbulencias. “Lo mejor es volar a primera hora de la mañana, los vuelos suelen ser más tranquilos que los de tarde o los nocturnos. El aire está en calma y hay menos sobresaltos”, explica una empleada. “Además, existen muchas menos posibilidades de encontrarse con una tormenta, ya que estos fenómenos se dan más a altas horas de la tarde”, continua.
 
Las profesionales de este sector tienen malas noticias para los más escrupulosos. Los asientos y las bandejas no suelen ser limpiadas de manera exhaustiva en cada vuelo, por lo que es habitual encontrarse alguna sorpresa desagradable en forma de mancha pegajosa. El motivo de esta falta de higiene se debe a que los aviones cada vez están menos tiempo en tierra, ya que las aerolíneas buscan maximizar su uso y utilizarlos en el mayor número de trayectos al día. Por este motivo, apenas da tiempo a los trabajadores a limpiar la cabina.
 
Otro usuario pregunta por el motivo por el que la comida que se sirve en los aviones suele estar tan mala. “Por ejemplo, el pan suele estar tremendamente correoso”, asegura. La respuesta no podría ser más descorazonadora: “Lo normal es que sirvamos comida congelada que pudo haber sido hecha hace tres días”. Esa azafata confiesa que muchas veces ha tenido que ceder su propia comida para que los pasajeros pudieran comer, ya que algunas veces el servicio de catering del aeropuerto ha cargado menos bandejas de las necesarias.
 
¿Y por qué siguen habiendo ceniceros en los cuartos de baño de los aviones, pese a que fumar estar completamente prohibido? Una auxiliar asegura que este objeto sigue estando presente en los aviones modernos por si acaso un pasajero se salta la norma y fuma en el baño: es mejor que apague el cigarro en un lugar destinado a ello que que lo tire al retrete o a la basura. En ambos lugares se puede iniciar un fuego que podría ser catastrófico para el aparato.
 
Las azafatas también recomiendan no volar en caso de padecer un resfriado o una gripe. Sobre todo si no quiere tener un dolor de oídos apocalíptico: la presurización del avión se nota especialmente en esta zona del cuerpo, y si está sensible por padecer algún trastorno, la sensación será muy desagradable y duradera.