El Kremlin prometió continuar con sus ataques en Siria, mientras funcionarios estadounidenses buscaban una respuesta más dura a la decisión rusa de ignorar el proceso de paz y buscar una victoria militar en nombre del presidente Bashar al-Assad.
Moscú y Damasco lanzaron un ataque para volver a capturar el sector de Alepo controlado por los rebeldes este mes, abandonando un cese al fuego una semana después de entrar en vigor para embarcarse en lo que podría ser la mayor batalla en la guerra de casi seis años.
Combatientes rebeldes han lanzado un avance por su cuenta en una zona cercana a la ciudad central de Hama, donde dijeron que lograron progresos el jueves.
Estados Unidos y la Unión Europea acusan a Rusia de destruir la diplomacia para buscar una victoria militar en Alepo y dicen que Moscú y Damasco son culpables de crímenes de guerra por atacar a civiles, hospitales y trabajadores asistenciales que viven bajo asedio dentro de la mayor ciudad siria.
La jefa de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Federica Mogherini, calificó los ataques aéreos en Alepo como una «masacre» y dijo que los gobiernos europeos estaban evaluando su respuesta. Rusia y el Gobierno sirio dicen que sólo atacan a militantes.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, quien negoció personalmente la tregua fallida en conversaciones con Rusia, pese al escepticismo de otros funcionarios de su gobierno, ha dicho que Washington podría abandonar la diplomacia si los combates continúan.
Kerry ha pedido que se detengan los vuelos, una medida rechazada por Moscú. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo el jueves que Rusia «continuará la operación de su fuerza aérea en apoyo a la actividad antiterrorista de las fuerzas armadas de Siria».
Peskov dijo que Washington era el culpable de los enfrentamientos, al no cumplir con la obligación de separar a los combatientes rebeldes «moderados» de los terroristas.
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