La demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump se enfrentarán por primera vez el lunes en un debate presidencial que podría convertirse en uno de los duelos políticos más vistos en la historia de Estados Unidos.
La cerrada carrera por la Casa Blanca y el choque impredecible de los estilos de ambos contrincantes ha generado gran interés en el debate, que se produce seis semanas antes de la elección del 8 de noviembre.
Se espera que la audiencia del encuentro desafíe el récord para un debate presidencial estadounidense de 80 millones de espectadores que anotó en 1980 el choque entre el presidente demócrata Jimmy Carter y el aspirante republicano Ronald Reagan.
El debate de 90 minutos, el primero de tres previstos, comenzará a las 21.00 hora local (0100 GMT del martes) en la Universidad Hofstra en Long Island, Nueva York.
Tanto Trump como Clinton, que según las encuestas son los candidatos a la Casa Blanca menos populares en la historia moderna, esperan aprovechar la oportunidad para eliminar algunas de las dudas persistentes de los votantes y atacar las debilidades de su oponente.
El volátil Trump, un magnate de Nueva York y ex estrella de televisión, tendrá la oportunidad de mostrar una profundidad y firmeza digna de un comandante en jefe creíble, mientras que la cautelosa Clinton tratará de conectar directamente con los votantes que no confían en ella, dijeron estrategas.
Pero Trump, un recién llegado a la política que a menudo ha mostrado más afinidad por los insultos que por las ideas políticas, podría beneficiarse de las menores expectativas que tienen los votantes.
«No hay duda de que hay una barra más baja para Trump. No tiene que ser brillante, simplemente no debe ser demasiado grandilocuente», dijo Dan Schnur, un ex estratega republicano que ahora es politólogo de la Universidad del Sur de California.
GRAN EXPECTACIÓN
Las apuestas son altas. El debate viene en momentos en que las encuestas muestran que la alguna vez considerable ventaja de Clinton sobre Trump se ha reducido en medio de dudas sobre su fundación familiar y el uso de un servidor de correo electrónico privado cuando era secretaria de Estado.
Un sondeo de Reuters/Ipsos publicado el lunes mostró que la mitad de los posibles votantes de Estados Unidos se basará en los debates para decidir su voto.
Clinton, de 68 años, y Trump, de 70, han intercambiado con regularidad duros insultos, aumentando la posibilidad de un fiero pulso. El empresario suele llamar a Clinton «Corrupta Hillary» y pidió que fuera a la cárcel por el caso de los correos electrónicos. La ex primera dama afirma que Trump está temperamentalmente incapacitado para la Casa Blanca.
«Lo que no queremos es un doble estándar en el que Donald Trump puede ganar el premio a la mejoría mientras Hillary Clinton (…) sea juzgada por la letra pequeña de su política», afirmó el jefe de campaña de Clinton, Robby Mook, a NBC News en la mañana del lunes, calificando a Trump como «un artista».
Kellyanne Conway, jefa de campaña de Trump, dijo por separado a NBC que es improbable que la vasta experiencia de Clinton se traslade al escenario del debate, donde Trump tiene una ventaja: «No va a ser robótico ni estar ceñido a un guión».
Gran expectativa ante debate presidencial EEUU
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