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El ‘kamasutra’ de las ranas gana una nueva postura‏

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Los anfibios son el grupo animal más amenazado del planeta, con casi 2.000 especies distintas en peligro de extinción. Cualquier conocimiento sobre estos animales puede ayudar a frenar esta gravísima situación, más aún los que tienen que ver con su reproducción. De ahí el interés del descubrimiento que acaba de darse a conocer en el mundo científico: ya no son solo seis, sino siete, las posturas que usan para copular las 7.000 especies de ranas conocidas
 
Es la hembra la que llama al macho emitiendo un sonido característico, algo que solo ocurre en el 0,5% de las especies de ranas y sapos
 
Hasta ahora, solo se habían descrito seis modos de apareamiento, pero un estudio sobre la rana nocturna de Bombay ha registrado una nueva postura, entre otras novedades inesperadas en el ritual de apareamiento de estos animales. Para empezar, a los investigadores les sorprendió —en las cuarenta noches de trabajo de campo que emplearon— descubrir que es la hembra la que llama al macho emitiendo un sonido característico, algo que solo ocurre en el 0,5% de las especies de ranas y sapos. Y una vez que este se aproxima al arroyo en el que se han citado y establecen contacto físico, llega la sorpresa.
 
El macho se coloca a horcajadas durante unos trece minutos sobre la hembra y eyacula en su espalda, en lugar de esperar a que ponga los huevos para fertilizarlos. Una vez depositado el semen, el macho se retira y es entonces cuando la hembra pone los huevos y estira sus patas traseras; así deja que el esperma se deslice por su espalda hasta caer sobre los huevos, fertilizándolos. Los investigadores analizaron estos huevos en varias ocasiones y la efectividad del procedimiento resultó ser del 100%.
 
Normalmente, cuando el macho se coloca sobre la hembra la sujeta por las extremidades, pero en este caso prefiere apoyar sus dedos sobre la superficie que los sostiene, para garantizar más estabilidad. En ningún momento habría contacto entre el sexo de estas ranas, según el estudio, algo que generalmente le sirve a estos animales para coordinarse. También observaron peleas territoriales entre los machos que rivalizaban por copular con la hembra, otra escena inesperada.
 
«Una buena comprensión de la ecología de cada especie, incluyendo su reproducción, es de gran importancia para la planificación y el desarrollo exitoso de estrategias de conservación», explican los investigadores, liderados por la Universidad de Delhi, que publican su hallazgo en PeerJ. Esta especie de rana, que habita en una región occidental de India, está en situación vulnerable. El 80% de los huevos estudiados no llegaron a eclosionar: se los comieron antes depredadores como serpientes.
 
¿Y cómo puede ayudar a las ranas un conocimiento tan específico y peculiar como este? «Identificar estrategias únicas de apareamiento, necesidades reproductivas y preferencias de hábitat de estas especies proporciona información vital para la planificación efectiva de programas de conservación», explica Sathyabhama Das Biju, que ha liderado este estudio que no solo proporciona información necesaria para la planificación de estrategias contra la extinción, sino que también ofrece valiosas pistas sobre un grupo ancestral de ranas que exhiben comportamientos reproductivos muy diversos. Desde una perspectiva evolutiva, Biju asegura que es muy interesante saber cómo este grupo de ranas ha ido eligiendo sus distintas estrategias reproductivas para mejorar la eficiencia de cada cópula.

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