Las rutinas de ejercicio muchas veces pueden ser más complejas de lo que pensamos y esto nos puede llevar a cometer ciertos errores al momento de ejecutar nuestro entrenamiento. Lo anterior puede traducirse en que no estemos obteniendo los resultados que buscamos, como podrían ser el bajar de peso, aumentar músculo, o bien definirlo, etc., y esto puede llevarnos a abortar la misión.
Quizá sea el momento de hacer un alto y evaluar si nos estamos equivocando en algo. Hoy hablaremos sobre algunos de los errores más comunes en los que existe la posibilidad de caer al entrenar y que pueden estar afectando tus resultados. Analiza y corrige a tiempo.
1. Entrenar en ayunas: existe la falsa creencia de que el realizar una rutina con el estómago vacío, sin duda, te ayudará a quemar grasa más rápido. Nada más equivocado que esto; cuando tu músculo no cuenta con la energía suficiente para realizar la rutina, lo primero que hará será absorber energía de los otros músculos, con lo que seguramente bajarás de peso, pero no por que estés quemando grasa, sino porque estás consumiendo tu masa muscular, la cual disminuirá y, definitivamente, eso no es lo que buscas. Así que, de ahora en adelante, siempre come algo antes de empezar y también justo al terminar tu entrenamiento, es muy importante. Lo ideal es un licuado de alguna proteína, de preferencia baja en carbohidratos; existen muchas en el mercado.
2. Pasar horas en la sala de cardio y saltarte el entrenamiento de fuerza: si bien correr en las bandas o utilizar una elíptica es un buen comienzo para los principiantes, si quieres obtener resultados efectivos debes incluir una rutina de fuerza en la sala de musculación. Esta combinación ayudará a incrementar tu metabolismo. Cuando haces pesas, tu cuerpo quema calorías durante las veinticuatro horas del día. Si combinas ambos ejercicios optimizarás tu quema de calorías, es así como obtendrás los resultados que buscas.
3. Comer sin control: muchas veces se cree que el hacer ejercicio otorga pase automático a que podamos comer todo lo que se nos antoja sin ninguna restricción, lo cual, por supuesto, es un error. Lo más conveniente es visitar a un nutriólogo que te prepare un plan de alimentación de acuerdo a tus actividades diarias, incluyendo tu rutina de ejercicio y, por supuesto, las metas a alcanzar. Él se encargará de explicarte cuáles son los alimentos sanos que debes consumir, las cantidades y raciones al día, etc. Esto te ayudará a conseguir tus objetivos.
4. No cambiar de rutina: el realizar la misma rutina siempre no te ayuda a avanzar, te hace estancarte; es importante que cuando la rutina que estás realizando te deja de agotar como al principio, la cambies. El músculo se acostumbra al movimiento y deja de reaccionar. Para mejorar y lograr tus objetivos, es necesario cambiar tu rutina e incrementar tu nivel poco a poco.
5. Obsesionarse con la báscula: cuando comienzas a hacer ejercicio, sobre todo una rutina de pesas, tienes que olvidarte de la báscula. Es posible que sientas que subes de peso, pero más bien debes enfocarte en cómo cambia tu cuerpo; seguramente comenzarás a bajar de medidas y eso es lo importante. La báscula se mueve porque ganas masa muscular y eso es muy bueno. Así que trata, por un tiempo, de no ser tan clavada con lo que dice este aparato, más bien fíjate cómo cambian tus medidas.
6. Falta de seriedad en tu rutina: el no darle la importancia suficiente a tu rutina de ejercicio es una de las principales causas tanto de posibles lesiones como de no obtener lo que realmente buscas. Por ejemplo, llegar tarde a una clase, hablar por celular, no seguir las instrucciones del profesor, realizar la rutina rápida y sin técnica o simplemente no estar enfocada en tu ejercicio, realmente equivale a no hacer nada. Debes decidirte a tomar en serio tu entrenamiento, a que forme parte de un estilo de vida; dedícate ese tiempo a ti misma y a tu salud. Más vale un entrenamiento de veinticinco minutos intenso y efectivo, que sesenta minutos mal y de malas. Enfócate en conseguir lo que realmente quieres.
7. Pasar demasiadas horas en el gimnasio: debes tener claro que no porque pases horas en el gimnasio obtendrás mejores resultados. Es importante saber que los resultados se obtienen de la óptima combinación entre una buena rutina, alimentación y descanso entre sesión y sesión de entrenamiento. Una sesión adecuada no debe exceder la hora de entrenamiento, repartida entre el ejercicio cardiovascular y la rutina de fuerza; el tiempo que se lleve cada una dependerá de lo avanzado o principiante que seas. Por ejemplo, una persona que ya tiene experiencia entrenando la rutina de pesas, se llevará alrededor de cuarenta minutos intensos y los veinte minutos restantes los realizará en la sala de cardio.
8. Demasiadas pausas entre serie y serie: si al momento de entrenar haces demasiadas pausas, tus músculos se enfriarán y deberán, nuevamente, tomar su temperatura de trabajo. De esta forma, estás desperdiciando energía que mejor deberías utilizar en la intensidad de tu ejercicio. Efectivamente, tus músculos necesitan una pausa entre serie y serie para recuperar su habilidad de contraerse, pero con dos minutos tienes suficiente. Una recuperación activa, como caminar o mover los brazos mientras descansas, es mucho más recomendable que quedarte quieta.
9. Tomar como inspiración los cuerpos de los famosos: esta práctica te puede llevar al fracaso directamente. Debes tener claro que las celebridades viven de eso, el mundo del espectáculo es un negocio redondo y, por lo tanto, tienen acceso a infinidad de opciones que una persona común y corriente como nosotros, no tenemos. Me refiero a programas de entrenamiento totalmente supervisados por entrenadores personalizados, nutriólogos e incluso cirujanos y, por supuesto, el famoso Photoshop, que hace milagros. Debemos ser realistas y trabajar con lo que tenemos de la mejor manera posible; te aseguro que si te aplicas, los resultados te sorprenderán. Acéptate tal como eres y trata de trabajar con eso.
10. Esperar resultados inmediatos: debes ser paciente, desgraciadamente los resultados no se consiguen de la noche a la mañana. Se requiere de tiempo, dedicación y disciplina para que logres alcanzar las metas que buscas. Tu cuerpo necesita adaptarse a los nuevos estímulos a través de un proceso conocido como “adaptación neurológica”, el cual toma varias semanas. Durante este tiempo, tu cuerpo comienza a cambiar, sin embargo, los resultados que tanto buscas aparecerán hasta que el proceso se haya completado.
11. Aprender de imitar a otros: el no saber cómo utilizar los aparatos o realizar los ejercicios de musculación imitando a las otras personas que vemos en el gimnasio es completamente un error. Lo más recomendable es recurrir a un profesional, a un entrenador personalizado que se encargará de enseñarnos la correcta ejecución de los ejercicios, así como también diseñará un programa de acuerdo a los objetivos que buscamos. Lo anterior cambia en un 100% el poder llegar a conseguir los resultados esperados.
12. El sobreentrenamiento: todo en exceso es malo, no porque entrenes más de la cuenta llegarás a tu meta más rápido. Obtener los resultados que buscas lleva un proceso y parte de éste incluye el descansar también. Tu cuerpo necesita reponerse para seguir entrenando; abusar del entrenamiento no solo evitará que alcances el resultado que buscas, sino que puede ocasionarte una lesión que te haga parar totalmente o bien causarte estrés, y esto no es lo que buscas. Recuerda descansar entre entrenamiento y entrenamiento, y estirar bien cada vez que acabes tu sesión de trabajo.
Realiza tu check list y rectifica para volver al camino correcto y alcanzar así tus objetivos. No olvides que se trata de un estilo de vida que debes de adoptar, no de un cambio temporal. Lo difícil no es llegar al objetivo, es mantenerte al haber llegado.