De los pirómanos se dice que son quienes “sienten una atracción desmedida hacia el fuego y cuando inician uno sienten un gran alivio emocional. Normalmente actúan de forma poco organizada y suelen promover falsas alarmas. Son personas con desajustes emocionales, poco sociables y que en ocasiones buscan relacionarse con el departamento de bomberos”.
Lo anterior viene a cuento de los titulares que hablan de: “Queman urnas y valijas en área de la Junta Municipal de Santo Domingo Norte”; o esta otra: “Hato Mayor: Desconocidos queman oficina Junta Municipal Electoral”…
Como que los hechos se presentan en circunstancias en las cuales prosiguen las diferencias entre los candidatos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y ya hasta la fecha se conoce que han sido quemadas varias urnas y valijas en distintos puntos del país; no se puede pensar en siniestros casuales, porque fuegos tales reducen a cenizas lo que debía estar intacto a estas horas para poder descartar fraudes y otras violaciones.
De un lado y otro se defienden los implicados. Se habla ya de accionar por la vía que acuerda la ley, tanto en materia electoral, penal, como en la responsabilidad civil, “contra todos y cada uno de los autores de los fraudes que se están cometiendo, descritos los hechos de graves crímenes, conforme la normativa penal vigente”; y lo penoso es que se pueden catalogar de infaustos estos días que han seguido a un proceso electoral donde el pueblo dominicano cumplió su deber con dignidad y gallardía y nunca debió ocurrir, como así ha sido, que tantos eventos desagradables empañaran sus resultados.
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