Con un retraso de aproximadamente dos horas, sobre todo por ausencia del equipo técnico, que renunció poco antes de iniciarse las elecciones y determinó que los escáneres no funcionaran al principio; en otros casos por apagones imprevistos y algunos detalles más, la nación dominicana llevó a cabo sus votaciones, donde se previó que alrededor de seis millones de personas acudirían este domingo 15 mayo a las urnas para escoger entre 24 mil 442 aspirantes a un presidente, un vicepresidente, 262 congresistas y tres mil 842 cargos municipales.
Nadie olvidará jamás el precio de tres mil 500 millones de pesos dominicanos (unos 76,5 millones de dólares) que costó este largo proceso; se acusa a los partidos de haber gastado en exceso; sobre todo al partido oficialista, aunque Danilo Medina lo ha negado categóricamente; pero lo que está a la vista no necesita mayor explicación.
Ocho figuras optaron por la presidencia de la República, entre ellas el actual mandatario Danilo Medina, quien optó por la reelección por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), frente al contendiente Luis Abinader, del Partido Revolucionario Moderno (PRM), quien anunciaba con su posible elección un cambio para la sociedad dominicana.
Pero, más allá de ganadores y vencidos, si una experiencia linda quedó después de estos turbulentos y lluviosos días, es que la población dominicana conoce su deber y hubo una amplia recurrencia a las urnas para ejercer ese derecho ciudadano.
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