Que a poco más de una semana de celebrarse las elecciones generales el presidente de la Junta Central Electoral (JCE), Roberto Rosario Márquez, diga que existen sectores que se aprestan a no reconocer los resultados que emanen de los comicios del 15 de mayo “por la inmadurez en el liderazgo político”, es sumamente preocupante, sobre todo cuando viene de la máxima autoridad electoral del país.
Rosario alega que el ritmo acelerado de democracia y desarrollo económico y social de la República Dominicana ha dejado rezagado el sistema político nacional que, según él, entiende que a los procesos electorales se va únicamente a ganar no a perder.
Algo sumamente preocupante y en lo que el magistrado Rosario tiene razón, de acuerdo a nuestro criterio, es que en el país históricamente los partidos políticos consideran que aquel que gana fue porque el pueblo votó por él y el que pierde fue porque la Junta le hizo un fraude.
No hay dudas que desde hace tiempo los temores de fraudes en República Dominicana han desaparecido y que las actuales autoridades de la JCE han dado muestras más que suficientes de diafanidad; sin embargo, estos deben ser muy cautelosos con la forma en que manejarán las votaciones del 15 de mayo.
La JCE debe ser cuidadosa
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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