Ya solo restan días, se pueden contar exactamente las horas para que un nuevo, o el mismo gobierno lleve las riendas del país. Afuera todo significa un escenario de proselitismo y elecciones que para nada comenzó en fecha oficial.
Que se cuenten los votos a mano o con máquinas, da igual, los resultados son previstos y “anunciados”. Si se pudieran medir con un cronómetro o “promenómetro” especial las promesas a posibles cambios, romperían el límite posible. Cada candidato promete y algunos lo hacen de corazón, otros u otras para alcanzar esos votos sin los cuales no llegan, gramatical y matemáticamente, no alcanzan al poder.
Para una parte de la ciudadanía llamada población o pueblo hay figuras que han perdido su confianza, porque si alguien es sabio, aún sin ir a una universidad, es ese ser que aprende de las experiencias vividas. Los ancestros no se equivocan. La vida es una maestra y aunque la cultura preña a cada ser humano de libertad y léxico para poder defenderla, esa sabiduría popular no la sustituye nada ni nadie.
Mayo comenzó con su día primero, dedicado a los trabajadores y seguirán otras fechas, de ventas y propósitos ineludibles de consumo y más consumo, como el dedicado a las Madres…y otros; pero este, el que se consagra a las elecciones, tendrá ese sabor especial de, pese a todo escepticismo y utopías, creer que la República Dominicana entrará en un nuevo periodo, donde quizás, tal vez, a lo mejor, puedan haber cambios.
Los cambios
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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