Una carta del embajador cubano en España, Eugenio Martínez Enríquez, dirigida al diario El País, da lugar a estas líneas, pues resulta que “no siempre desde afuera se ve más claro” y con Cuba, como con cualquier otra nación el mundo, opinar significa conocer y no es verdad que quienes emprenden con las letras la interpretación de lo que sucede en la Mayor de las Antillas, sepan “de buena tinta” lo que ocurre realmente allá, que como dijo el trovador Silvio Rodríguez en una reciente entrevista, y también lo expresó el presidente Barack Obama en su visita a la Isla, hay que entender que es de los pulmones cubanos desde donde deben salir los aires de cambios.
El embajador Martínez Enríquez responde ante el editorial publicado por ese diario sobre Cuba el pasado 18 de abril, titulado “Retórica y realidad”, y pregunta: “¿En qué oscuro lugar de la redacción de su ¨fábrica¨ ustedes determinan lo que desean los cubanos y ¨un marco económico realista¨ para Cuba?… ¿Será que ¨realista¨ significa despedir a empleados públicos, disminuir renta básica, privatizarlo todo; dejar que el 1% que controla la mayoría de los ingresos mundiales y el crimen organizado, también controle los destinos de mi país como los fondos buitres controlan las empresas Prisa y El País?”.
Estas son algunas de las interrogantes del diplomático que concluye con datos que gusten o no a quienes entiendan o no a Cuba, son absolutamente realistas: “Realidad es que Cuba a pesar de que se mantienen las sanciones de los EE.UU. que constituyen un auténtico bloqueo económico, comercial y financiero, es uno de los 44 países con alto índice de desarrollo humano, el primero que eliminó la desnutrición infantil en América Latina; el 28 país más saludable del mundo según el Foro de Davos; el segundo mejor país de su continente para ser madre y el quinto en la región como buen gobierno, de acuerdo a Transparency International; es el mío, el país que dedica mayor porcentaje de su PIB a la educación y el segundo con la menor tasa de homicidios per cápita de su continente”.
Y concluye el texto: “Entiendo ahora la libertad creativa de su editorialista: su empresa es pura retórica”.
Y es que, en estos tiempos los debates con relación a Cuba giran en torno a lo que “deben hacer o no los cubanos” y siendo así ¿por qué no dejan hacer a los cubanos lo que se debe hacer? ¿O es que alguien le dice desde Cuba, a España lo que deben hacer para que acaben de “enderezar su puntería” con la economía, la migración, o sobre lo que expresó el rey, Felipe VI, en su calidad de jefe del Estado español, acerca del fracaso de todos los partidos políticos en la construcción de acuerdos para formar un gobierno estable?
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