La FAO espera acciones coordinadas de la ONU para la nutrición

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Roma. El Decenio de acción sobre la nutrición proclamado por la ONU para el periodo 2016-2025 es una oportunidad para coordinar medidas concretas de los distintos actores frente a la malnutrición en el mundo, señaló ese miércoles la FAO.
 
La directora de Nutrición de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Anna Lartey, explicó a Efe que “será muy útil” unir a los países, el sector privado, la sociedad civil, las agencias de la ONU, el mundo académico y otros socios, y preguntarles “qué pueden hacer” para los próximos diez años.
 
El pasado 1 de abril la Asamblea General de la ONU declaró el Decenio de acción sobre la nutrición, un “paraguas” -en palabras de Lartey- que servirá para trabajar de manera coordinada y contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, acordados por la comunidad internacional para 2030.   “No lograremos esos objetivos si no hacemos algo en serio con la nutrición”, consideró la responsable de la FAO, para quien los avances en ese ámbito en los últimos veinte años han sido “muy lentos”, en parte porque ha faltado “centrarse realmente” en la nutrición.
 
Actualmente casi 800 millones de personas siguen pasando hambre, más de 2.000 millones carecen de micronutrientes y otros 1.900 tienen sobrepeso, mientras que 160 millones de menores de cinco años sufren retrasos en el crecimiento.   Respecto a la obesidad, presente en casi todos los países y en constante aumento, Lartey afirmó que es un “reflejo de serios problemas de nuestra dieta y de los sistemas alimentarios”.
 
En ese sentido, reivindicó unos sistemas de alimentación que no hagan enfermar a las personas y promuevan la nutrición, evitando así gastar miles de millones de dólares para curar enfermedades como la diabetes, que indican que “no estamos comiendo bien”.   Alentó a los gobiernos a poner en marcha políticas que faciliten el acceso de los ciudadanos a dietas saludables, lo que incluye fomentar la producción no solo de cereales, sino también de frutas y verduras frescas, sin que los agricultores “pierdan dinero”.