Ginebra.- Más de ciento cincuenta países implementarán en los próximos 20 días una transición sincronizada de la vacuna oral trivalente contra la polio (OPV) a una bivalente, un hito de la salud pública que acabará con uno de los principales focos de infección y acercará su erradicación total.
«Es una etapa mayor. Vamos a poder acabar con el virus que causa el mayor número de casos derivados de la vacuna y lo haremos en tiempo y forma», indicó en una entrevista con Efe Michel Zaffran, director de la Iniciativa Global para la Erradicación de la Polio de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Desde que este programa comenzó en 1988, la incidencia de la enfermedad se ha reducido en un 99 por ciento, al pasar de unos 350.000 casos al año, a medio centenar en 2015.
Sin embargo, la infección persiste: existen aún dos países endémicos, Afganistán y Pakistán; y contagios derivados de la propia vacuna.
La polio es una enfermedad infecciosa potencialmente mortal que afecta sobre todo a niños menores de 5 años.
El virus se transmite a través de comida o agua contaminada ingerida por el menor, se multiplica en el intestino, y desde ahí invade el sistema nervioso central y puede causar parálisis parcial o total en unas pocas horas.
Una de cada 200 infecciones acaba en parálisis irreversible -normalmente de las piernas- y entre los paralizados, entre un 5 y un 10 por ciento mueren al dejar de funcionar los músculos de los pulmones.
Como no hay tratamiento, solo hay un arma frente a la misma: la vacunación.
En lugares con problemas de saneamiento y bajos niveles de inmunización a menudo surgen brotes entre la población infantil, que contrae el virus a través del contacto con los excrementos de niños que han sido inmunizados con la OPV.
La OPV trivalente contiene tres tipos de virus (el 1, el 2, y 3) que están vivos pero atenuados.
El 2 no existe en estado salvaje desde 1999, sin embargo sí que lo hace de forma atenuada y es responsable del 90 por ciento de las infecciones derivadas de la vacuna.
En los últimos 12 meses se han detectado 33 casos en 7 brotes derivados de la inmunización en Guinea, Laos, Madagascar, Myanmar, Nigeria, República Democrática del Congo (RDC) y Ucrania.
Es por ello que la Asamblea Mundial de la Salud instó a hacer la transición entre estos dos tipos de vacuna a más tardar en mayo de 2016, un objetivo que se cumplirá.
El virus tipo 1 es el responsable de los focos de infección en Afganistán y Pakistán, países que han hecho grandes avances con una reducción de la incidencia espectacular, teniendo en cuenta que los equipos de vacunación han sido atacados reiteradamente por radicales islámicos.
Sin embargo, el primer trimestre del año se han detectado 7 casos en Pakistán y 2 en Afganistán.
«En Pakistán la seguridad ya no es un problema tan importante. Los grandes escollos son la gran densidad de la población, las áreas de difícil acceso, la resistencia o el cansancio de la gente por las reiteradas campañas, y los movimientos migratorios», especificó Zaffran.
«En Afganistán la inseguridad es mayor, y el gran problema es que hay muchas áreas, especialmente en el este del país, donde no se puede acceder y por tanto no se vacuna, y puede haber una circulación silenciosa del virus», puntualizó.
No obstante, el experto de la OMS urgió a no bajar la guardia y a mantener el enorme esfuerzo tanto a nivel nacional como internacional para conseguir erradicar esta devastadora enfermedad.
Mientras, el virus 3 no se ha visto en forma salvaje desde hace más de tres años, pero no pudo incluirse en el proyecto de eliminación porque la producción de vacunas bivalentes (tipo 1 y 3) ya estaba en marcha.
La eliminación total de los tres tipos está prevista para 2020, cuando la transición será entre la OPV y la IPV, la vacuna inyectable que contiene los virus inactivados, es decir muertos, por lo que no pueden infectar.
Esto se llevará a cabo siempre y cuando se haya acabado con los focos salvajes y no haya más países endémicos, dado que la IPV protege contra la enfermedad al crear anticuerpos, pero no detiene la circulación del virus.
Es por ello que, por ahora, se recomienda que los programas nacionales de inmunización incluyan la vacunación combinada con la OPV bivalente y con la IPV para asegurar una cobertura total.