El tema de los miles de estudiantes que no recibirán clases en el semestre 2016-1 sigue siendo noticia en el país, y más allá de las contradictorias informaciones que a veces suponen un acuerdo con el profesorado y otras que lo desmienten, las aulas vacías y la juventud esperando adquirir los conocimientos que más que básicos resultan imprescindibles, para ellos y el país, imponen una reflexión que desgasta la lógica.
Desde el pasado 21 de enero, la Federación de Asociaciones de Profesores de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (Faprouasd), anunció el paro de la docencia por tiempo indefinido, en demanda del aumento salarial del 40% y desde entonces, en medio de enfrentamientos y situaciones que parecen interminables, ante reclamos que parecen innegociables, la instrucción espera…
El rector Iván Grullón Fernández desmintió que las autoridades hubiesen ofrecido un aumento salarial a los educadores de esa academia, aun cuando desde el pasado año, la directiva de Faprouasd visitó al Congreso Nacional y se le planteó a las comisiones de presupuestos de ambas cámaras legislativas la necesidad de aumentar los fondos la Primada de América, con el fin de resolver dificultades salariales y estructurales de la casa de altos estudios.
Pero, las presiones no han resultado y como en los temas de salud, la falta de comunicación y las tardías respuestas provocan lo que está sucediendo en estos momentos, que algo tan imprescindible como la educación nacional, se mantenga rezagada, en tanto se recrudecen problemas que deben y tienen que ser resueltos cuanto antes.
Quienes más se perjudican
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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