Meditabundo: La vida tiene sentido

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||

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Estuve en mi preferida librería. Paulinas. Compré la agenda: empezar cada día 1916. En la primera página leí: Dios también encargó a sus descendientes el cuido de la tierra. Génisis 1,18. Y la vida tiene sentido. Me inclino y entrego:
 
La vida empieza a tener sentido cuando ayuda a otro a ponerse de pie y a andar.
 
Cuando respiras hinchados tus pulmones de aire, y notas que no estás solo a pesar de estar en el desierto.
 
Cuando miras al cielo y ves las estrellas que dominan el firmamento comprendes que no estas solo, comprendes que la vida es mucho más que el simple palpitar de tu corazón.
 
La vida tiene sentido cuando andas y no dejas de ti amarguras.
 
Cuando tras de ti has dejado amigos y hermanos.
 
Cuando has dejado un grato recuerdo en todo aquel que te ha conocido.
 
Si tras de ti has dejado odio, esas serán las raíces que darán en el futuro frutos amargos, si la planta que crece tiene raíces de amor, los frutos serán dulces y serán tu alimento en el andar de cada día. Apoya tu mano en el hombro de aquellos que andan contigo, porque si te sientes débil ellos te reconfortarán y si te sienten fuerte andarás más de prisa.
 
NO te ates a las alabanzas.
 
Si hablas de los demás, que tu palabra sea limpia, pero no hables con orgullo, porque hacerlo es estar con falsedad.
 
Piénsalo, vale la pena
 
El sentido de la vida nos cuestiona y se presenta la ley del desapego. Es estar libre de necesidades, es miseria buscar, poseer lo material, transitorio. Amante a lo corruptible está en lo terrenal apegado a lo que se cree útil, que en sí no es necesario, sencillamente se está viciado, perdida la felicidad.
 
Curio estaba tranquilo en su casa, llegan los Samnitas con gran carga de oro. Curio no lo acepta por ser honroso no poseerlo, sino manda a los que lo poseían. Yo soy feliz, me ignoran, sepan, que creo firmemente que solo poseo lo necesario. El brillo y valor del oro molestan a la quietud de la senectud.
 
Nuestro invitado de hoy: Séneca: No es bien el dinero a quien deleitan cosas terrenas. Con facilidad se adquiere lo preciso para la vida.
 
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominica