Observamos el coliseo en el sistema de tratar igual a los iguales. Jueces y el procurador, con los periodistas dicen de todo. Frente al Cristo con sentencias políticas: No Ha Lugar.- inadmisibilidad. El único mal auténtico es el mal moral, el que ellos mismos hacen. Ser injusto. El corrompido obra con plena voluntad, no se niega a ser injusto, comete los actos de excesos por falta de moderación con el hurtador dentro de sí. Los apetitos de su voluntad son desordenados, nada de templanza. Se inclina a acciones culpables, hace el mal queriendo. A sabiendas que es mal. La establecida impunidad es su guardián intocable.
La violación de la ley natural y la creada por los hombres es la cultura que acompaña a la insaciable avaricia cuya corrupción es un exceso sin freno que enriquece, no importando que “solo es útil lo honesto” como disertó Séneca.
Somos renacuajos, el que viola las leyes de la creación no puede ocultar, borrar, quedar sin castigo. Todo está ordenado por la ley divina. Nada puede violentar la ley voluntad de Dios. Gandhi, abogado, en su conocimiento de esa veracidad inocultable, exigía al que le solicitaba su servicio, que le dijera la verdad. Fue de gran valor en sus decisiones en los tribunales. “Quien sigue el camino de la verdad no tropieza.-Lo que hacemos, debiéramos hacerlo bien o no hacerlo en absoluto.-cuando el ojo de una persona dice una cosa, su lengua otra y su corazón otra distinta, estamos ante un tipo que no sirve para nada”.
La justicia es moral en la práctica, como la política cuando está fundamentada en esta gran ciencia madre de todas las virtudes y si sigue sus fundamentos.
Platón dividió el alma en dos. Una racional y la otra carente de razón. La parte corrupta de la justicia está encerrada en la última. Alejada del bien. Ser justa. ¿Qué debe hacerse para verdadera, honorable justicia? Como aquí todo nos conocemos, veamos esta decisión: El filósofo Zenón de Citio al dejar la enseñanza en su escuela estoica, cuyo lema era el deber, medita recordando a sus discípulos ya filósofos. No se decide por el más sobresaliente para continuar las enseñanzas. Elige a Cleantes por ser el de valor moral más evidente. Mostrando a que cualidad él concedía mayor mérito.
Lo que estamos observando que si continúa actuando la parte degradada de la justicia, nos arropará totalmente la peor selva, la humana.
No puedo negarlo, estoy como el romano antiguo, en la Palimodia, nostalgia por una República perdida. Seamos hombres Duartianos. Los fiscales y jueces si se cuestionan, analizan y corrigen antes de decidir, serán su propio juez severo en sus quehaceres, tendrán paz interior y lo externo será armonioso.
Con el deseo de que no vuelva a repetirse, invito a Mucio Escévola el augur considerado el jurista más eminente de su generación en el derecho en la Roma antigua, cuya experiencia expresó: “La ley es una prostituta que sonríe al que mete la mano con más rapidez en el bolsillo”.
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana
Meditabundo: La injusticia es desigualdad, iniquidad
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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