No hay otra vía, la educación es el rumbo para mantener la nacionalidad, un espíritu nacionalista que habitúe al ciudadano a actuar, vivir para la nación, que es para sí mismo, que comprenda que él es el pueblo entero y no una parte, esto, para la eternidad, generación tras generación. Sencillamente un asunto de ideal, alejado de lo material.
Firme en la independencia de su política, pueblo unido, mantener las tradiciones culturales, para formar buenos ciudadanos, firme en el sentimiento, la patria está bien, todos estamos bien. La nación sea la manifestación del espíritu ciudadano.
Educar con el firme sentimiento de que cada ciudadano es el centro de la nación.
Cimentar que la comunidad sea la fortaleza de integración total de todos los ciudadanos.
La soberanía sea la sagrada gloria de la independencia nacional. Que el pueblo ejecute su deber como su propia entrega de bienestar de la independencia.
Todo en la convicción de un pueblo unido a su gobierno. Bien recuerdo, fue en la biblioteca del ingeniero Don Félix Benítez Rexach, Cannes, Francia, 1953, leyendo al italiano Manzini en su libro: “Al pueblo de Italia”. 1871. Escribió: “Creemos que si hacemos del gobierno ¨un arte¨ separándolo de la virtud…pecamos contra Dios y destrozamos los pueblos. El fin de la política es introducir las normas de la virtud en las organizaciones políticas de las naciones, especialmente en sus actividades interiores y exteriores”, termina la cita.
Nuestro invitado de hoy: Juan Pablo Duarte. “El patriotismo es el deber que tiene todo dominicano, no ya de amor a su patria, si no de probar que la ama trabajando activamente para el desarrollo y satisfacción de las necesidades de la nación”.
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana
Meditabundo: Educación nacionalista
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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