La mutilación genital femenina se practica en 29 países africanos y asiáticos. No obstante, sus efectos se ven en muchos países donde estas familias migran. Se estima que unos 140 millones de mujeres y niñas sufren problemas debido a esta técnica o a las condiciones bajo las que se realiza.
¿Cuántos tipos de mutilación hay?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen cuatro tipos principales. El primero, denominado clitoridectomía, consiste en la resección parcial o total del clítoris y, en casos muy infrecuentes, solo del prepucio. El segundo es la escisión y conlleva, además del clítoris, la resección de los labios menores. La infibulación consiste en el estrechamiento de la abertura vaginal y recolocación de labios menores o mayores (con o sin resección de clítoris). Por último, dentro del cuarto grupo, se incluyen un amplio abanico de prácticas, como perforación, incisión, raspado o cauterización de genitales.
¿Cuáles son las complicaciones inmediatas?
Van desde el dolor intenso a hemorragias o infecciones (se usan instrumentos como cuchillos, cristales, latas… que no están esterilizados). También se ven lesiones de órganos y de estructuras anatómicas de la zona (uretra, vagina, perineo o recto). Incluso puede haber fracturas.
¿Aparecen problemas tardíos?
Sí. Debido a la mala praxis, pueden contraerse infecciones como VIH, hepatitis o tétanos. Los dolores menstruales son mayores al igual que las fístulas genitourinarias, incontinencia, quistes o retención del contenido menstrual en la vagina.
¿Hay diferentes complicaciones en función del tipo de mutilación?
Sí. Las mujeres con una mutilación que conlleva estrechamiento de la vagina suelen presentar inflamaciones e infecciones frecuentes (como consecuencia de la apertura del orificio para mantener relaciones sexuales), incontinencia urinaria, o necesidad de nuevas intervenciones quirúrgicas para permitir el parto. Independientemente del tipo, la mutilación genital conlleva disminución del placer sexual, dolor en el coito, anorgasmia, miedo y rechazo.
¿Los efectos de la ablación sólo los sufren las mujeres?
No. La mutilación genital femenina es responsable de una a dos muertes perinatales extra por cada 100 partos. Un 22% de los fallecimientos de niños nacidos de estas mujeres se debe a lesiones por esta práctica debidos, por lo general, a falta de oxígeno por retención en el canal del parto más tiempo del habitual. También se dan problemas de alcoholismo y abuso de drogas en hombres por la imposibilidad de realizar el coito con su pareja, o impotencia por el miedo a causarle dolor
¿Qué problemas genera en el parto?
Tras la mutilación, aparece una cicatriz en la zona, que genera que el tejido sea menos elástico que el de la vagina y el periné. Por esto, las mujeres mutiladas tienen un 30% más cesáreas que aquellas que no han sufrido una ablación, y un 70% más de hemorragias después del parto.
¿Cuál es el daño a nivel psicológico?
Estas mujeres arrastran durante toda su vida un trauma profundo que va desde el rechazo al propio cuerpo y la sexualidad, al miedo de su grupo social o étnico. Suelen tener depresiones, terrores nocturnos, sentimientos contradictorios (en el caso de las mujeres inmigrantes) y culpa en el caso de madres mutiladas que aceptan la ablación de sus hijas.
¿Existen tratamientos?
La reconstrucción del clítoris es una técnica quirúrgica que varía en función del tipo de mutilación. Como explica Reyes Balanzá, jefe de Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia (centro que ha realizado intervenciones de este tipo), el objetivo es siempre la recanalización del tracto genital inferior, conseguir la recuperación del clítoris y una anatomía lo más fisiológica posible.
¿Qué logra la intervención?
Se consigue una mayor apariencia de normalidad a la zona genital y evitar problemas como infecciones, desgarros, fístulas o esterilidad. Se estima que un 75% de las pacientes recupera la sensibilidad del clítoris y una mejora de su vida sexual.
¿Cualquier mujer puede ser sometida a esta intervención?
La mujer que solicita esta operación debe ser evaluada por un sexólogo y un psicólogo antes y después de la cirugía.
¿Existen ablaciones imposibles de reconstruir?
En general, asegura Balanzá, puede intentarse la reconstrucción en todos los tipos de ablaciones, aunque el resultado es mejor a menor grado de mutilación y menor número de secuelas que arrastre la paciente.
¿Cuáles son los efectos en la salud de la mutilación genital femenina?
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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