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Meditabundo: La felicidad entre preguntas y respuestas

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Los males sociales incrementan en cada orto, hay que sobrevivir los ajetreos que cuestionan el saber qué hacer para resistir el acoso de la carestía de una vida que nos trae preguntas.
 
El gran maestro de maestros, Sócrates ejerció su amor por la sabiduría preguntando qué es lo que realmente el hombre desea, piensa y cómo entiende su vida. Hacía una serie de preguntas concisas, precisas e incisivas a revelar las contradicciones inherentes a sus posturas. La Mayéutica.
 
Estamos viviendo lo que realmente no debe ser, la sociedad moralmente degradada. Se trata al hombre por lo que tiene y no por lo que es. Pérdida del sentido del ser, de las cosas, de lo que vemos, sucede y ahí las preguntas. La primordial es ¿Por qué el hombre sigue siendo el verdugo del hombre? Jesús le dijo “Amaos los unos a los otros” y lo que hace es haber entendido armaos los unos contra los otros. Esto me cuestiona y quiero darme una respuesta satisfactoria, que yo entienda y que pueda afirmar con toda razón ante mí mismo. Sinceramente, este desafío es demasiado grande para mi mente y debo dejarlo a Dios.
 
El ser humano desea, necesita una vida feliz. ¿Nos preguntamos que entiendo por felicidad? La respuesta más simple es, felicidad quiere decir vida plena. Esta respuesta me origina pregunta. ¿Es posible una felicidad verdadera? Creo la respuesta es asunto del estilo de vida. De modo de actuar, de lo que acontece.
 
El conocido padre del psicoanálisis Sigmud Freud afirmaba: “La meta que el hombre sea feliz no es parte de la creación”. Con la gran distancia, me inclino a creer que sí hay una vida plena. Pues si estoy en paz, armonía conmigo mismo y la vida. Realmente estoy en la condición espiritual, entregado a la voluntad de las leyes de la creación, del que nos ama y todo lo que nos sucede es lo que nos conviene y no como quisiéramos.
 
Les relato esta vivencia: En el año 1953 estando en Cannes, Francia, a bordo del yate Moineau. Don Félix Benítez Rexach y señora Lucienne invitaron al capitán John Percival y a mí, a pasar un fin de semana en su Villa Bagatelle. Don Félix me mostró su biblioteca diciéndome si desea un libro puede leerlo. En el tramo de filosofía detuve los ojos en el libro Epictéte et la sagesse stoicienne: Epicteto y la filosofía estoica. Leí el libro sin detenerme y escribí estos apuntes de una disertación de Epicteto: “No pretendas que las cosas sucedan como tu deseas, sino desea las cosas tal como suceden. Así llevarás una vida feliz. Levanta la cabeza como un hombre liberado de toda esclavitud, impúlsate a mirar a Dios y dile: Actúa conmigo de ahora en adelante con tu deseo. Yo te pertenezco, mis pensamientos son tuyos. Aceptaré todo lo que decidas, lo que considere bien. Llévame donde tú quieras. Vísteme con la ropa que tu prefieras”. Termino de la cita.
 
Teniendo a Dios como padre amoroso es nuestra respuesta a la pregunta. ¿Dónde está la felicidad?
 
* El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.

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