Toronto.-Canadá se gastó unos 2.000 millones de dólares para montar en Toronto los Juegos Panamericanos más caros de la historia, triplicando la inversión de la ciudad mexicana de Guadalajara hace cuatro años.
Al bajar el telón de la máxima justa deportiva del hemisferio americano, los anfitriones están encantados con los frutos recogidos tras dos semanas de competencias.
Los Panamericanos dejan un balance que ratificó la superioridad deportiva de Estados Unidos, pese a presentarse con una delegación de segundo nivel, con la que pretendió adquirir roce internacional.
También reflejó el resurgir de Canadá con su mejor actuación histórica en cuanto a medallas ganadas, el abrupto declive de Cuba, la advertencia a un Brasil que debe trabajar más si quiere sobresalir cuando el año entrante le toque recibir los Juegos Olímpicos, y la evidencia de que Colombia sigue creciendo.
Al “equipo B y C” de Estados Unidos le tomó una semana dejar atrás a Canadá en la puja por el primer lugar del medallero, pero al final acabó con una cosecha de 102 preseas doradas —10 más que en Guadalajara— y un gran total de 264. Los locales acabaron con 78 oros y un acumulado global de 216 medallas.
Estas son algunas de las conclusiones de Toronto 2015:
LAS FIGURAS
Pese a una descalificación y sin ganar un oro individual, el nadador brasileño Thiago Pereira se convirtió en el mayor medallista en la historia de los juegos con 23, una más que el retirado gimnasta cubano Erick López.
Las Paolas de México. Espinosa, la clavadista, se erigió tricampeona en plataforma.
Longoria, la reina del raquetbol, revalidó el triplete dorado.
El gimnasta Jossimar Calvo hizo historia para Colombia al convertirse en el primer deportista del país en ganar tres oros en una misma edición. Y la estadounidense Laura Zeng se despidió como la más laureada, con cinco oros en gimnasia rítmica.
Pero también trascendió una docena de casos de dopaje, incluyendo uno que involucró a Mauricio Fiol, un nadador peruano que ganó plata en los 200 mariposa.
DESPERTAR DE CANADA
La última vez que los canadienses albergaron una cita olímpica de verano, en Montreal 1976, el legado fue aciago: deudas que ascendieron a los 1.500 millones de dólares y que esa ciudad tardó 30 años para pagar.
Toronto deja una infraestructura deportiva que sirve para dos objetivos. Sus atletas cuentan ahora con instalaciones de lujo para entrenarse, como el velódromo en el suburbio de Milton y el centro acuático. También se quieren embarcar en la misión de traer los Juegos Olímpicos a Toronto.
EL BAJON DE CUBA
Desde Cali 1971, Cuba casi sin falta quedó en el segundo lugar. La excepción fue en 1991, año en que fue anfitrión en La Habana.
Ahora mastica la amargura de un cuarto puesto con una cosecha de 36 oros, desplomándose con respecto de los 58 que logró en 2011.
Luego de advertir que las valoraciones se harán tras los juegos, su jefe de misión Antonio Becali señaló “nuestra delegación, que carece de talentos comprados o nacionalizados en función de las medallas, ha enfrentado cada jornada con el espíritu de lucha que caracteriza al deporte cubano”.
El otro golpe fue el goteo de abandonos de sus atletas.
Trascendió que remeros, clavadistas y jugadores de hockey sobre césped dejaron al equipo durante los juegos.
El caso más llamativo se dio el sábado, cuando su equipo de hockey masculino se presentó con apenas ocho de sus 16 jugadores para enfrentar a Trinidad y Tobago en la ronda de consolación.
“Como organización no es algo que nos agrade ver”, dijo el domingo el mexicano Ivar Sisniega, primer vicepresidente de la Organización Deportiva Panamericana.
“Nos solidarizamos con Cuba por esto, pero también tenemos que respetar el derecho de cada quien de decidir qué quiere hacer con su vida.
