La Paz.- Las posiciones encontradas y los condicionamientos dificultan el diálogo entre el gobierno boliviano y el Comité Cívico Potosinista (Comcipo) para ponerle fin a las protestas y bloqueos que cumplen hoy 18 días.
Por un lado, el gobierno del presidente Evo Morales asegura que los puntos del pliego petitorio presentado por Comcipo como argumento para sus movilizaciones ya están cumplidos, o en ejecución, al menos los que a su jurisdicción implican, y lo dejó claro el vicemandatario Álvaro García Linera, hace un par de días.
García Linera detalló en conferencia de prensa la labor del ejecutivo en favor de la ciudad de Potosí y el departamento homónimo, y aclaró que solo los pedidos de construcción de un aeropuerto internacional y una fábrica de cemento no han sido atendidos, y ofreció argumentaciones para tal determinación.
Según el también presidente de la Asamblea Legislativa Plurinacional, en las cercanías de la ciudad de Potosí, ubicada en la cordillera andina, no hay espacios para ampliar la pista de la terminal aérea y advirtió que lo más que se puede hacer es remodelar la ya existente.
Al mismo tiempo, dejó claro que hasta ahora no hay un proyecto sustentable sobre la fábrica de cemento y advirtió que si la universidad y Comcipo presentan uno que reporte ganancias, el gobierno nacional pondrá los fondos necesarios para su construcción, cualquiera sea el monto necesario.
Sin embargo, las partes apenas han negociado sobre los temas respectivos, porque la dirigencia de Comcipo declinó una y otra vez acudir a la mesa de diálogo, en medio de cada vez más condicionamientos, y cuando lo hizo, abandonó la misma y promovió disturbios en esta capital, los cuales dejaron más de medio centenar de detenidos y un herido.
Por otra parte, arreciaron las medidas de presión en Potosí, incluso aumentaron los bloqueos de carreteras y caminos, entre ellos el que comunica a la ciudad de Oruro con Uyuni, una vía que utilizaron los transportistas desde que se impidió el paso hacia el sur del país por la llamada Villa Imperial.
Los movilizados cuentan con el respaldo de varios sectores de la derecha, incluso con la Iglesia Católica, que manifestó su intención de abrir varias parroquias para acoger a todos aquellos que se sumen a la huelga de hambre masiva convocada por Comcipo.
A todo esto hay que agregar que el obispo de Potosí y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, monseñor Ricardo Centellas, les manifestó su apoyo y se cuestionó al gobierno por desatender y no escuchar las necesidades de la región.
El gobierno, ora a través del vicepresidente, ora mediante el ministro de Gobierno, Carlos Romero, o el de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, llamó en reiteradas oportunidades al diálogo, pero el mismo se malogró siempre por algún motivo.
Hasta el momento, todas las condiciones puestas por Comcipo fueron aceptadas por el ejecutivo para dialogar, pero primó la falta de entendimiento de los amotinados, quienes apelaron a la violencia la única vez que se vieron frente a frente ambas partes en la mesa de negociaciones.
La víspera, como argumento para declinar el diálogo, Comcipo pidió la liberación del medio centenar de detenidos por promover disturbios en los cuales se utilizó dinamita, y aunque 47 de ellos fueron absueltos de cargos, el Ministerio Público mantiene como reos a cuatro, lo cual puede demorar el entendimiento aún más.
Ante esta situación, otras fuerzas prometieron entrar en escena en las próximas horas, entre ellas organizaciones sociales potosinas, quienes dieron la víspera un plazo de 24 horas a Comcipo para iniciar el diálogo.
También lo hizo la Coordinadora Nacional para el Cambio (Conalcam), quien anunció medidas contra los movilizados si mañana no deponía su actitud.
De cualquier manera, la situación parece tan volátil que el inicio del diálogo lo mismo puede abrirse en las próximas horas que demorar días, incluso semanas.
