Los problemas del agua y la seguridad alimentaria y nutricional son directamente proporcionales y resulta imprescindible preocuparse por los mil millones de personas hambrientas y unos 800 millones sin acceso a fuentes seguras del preciado líquido.
Decir agua significa: alimentación, nutrición, esencialmente, lo cual requiere, como se ha repetido una y otra vez, «un uso sostenible de nuestro recurso más agotable…».
El Presidente de la República Dominicana Danilo Medina, tras reunirse con los funcionarios encargados de las instituciones vinculadas al sector agua, y recibir un informe preciso sobre la situación de los distintos acueductos y las presas del país, instruyó que se realice un plan de contingencia para garantizar su suministro a la población.
No obstante, y aunque el Gobierno ha llamado a hacer uso racional del líquido, sin duda alguna es la población quien tiene que asumir medidas precisas para evitar que no se desperdicie, y que pueda llegar a aquellas personas que tienen peores condiciones para obtenerlo.
Habrá que dirigir el pensamiento de manera más abierta al proceso de la agricultura (mayor consumidor de ese recurso), y a todo el derroche que ocasiona la carencia de normas de ahorro y correcto empleo del agua que utilizamos con sabiduría «o fracasaremos en la lucha por acabar con el hambre y abriremos las puertas a otros males, como la sequía, la hambruna y la inestabilidad política», tal y como afirmó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien ha sellado esa frase célebre al respecto que reza así: “Uno de los problemas más alarmantes que encara el mundo de hoy es conseguir suficiente agua potable para todos los habitantes del planeta. Con demasiada frecuencia, donde hace falta agua, lo que hay son armas”.
Ah, el agua
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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