¿Por qué tanta resistencia, desacuerdos, esperas, dilataciones, si el tema urge y todo el mundo lo sabe?
La iniciativa que promueve la Salud Sexual y Reproductiva de las mujeres dominicanas retornó a una Comisión de Estudio, según petición del presidente de la Cámara de Diputados, Abel Martínez Durán, apoyado por 120 legisladores, a fin de que “fuera bien ponderada para su posterior debate y sanción”.
Y en medio de esta espera, muchas personas se preguntan si se trata de darle largo a una cuestión que ya debe solucionarse; en tanto que el presidente de la Cámara Baja asegura que no actúa bajo presiones de nadie ni por chantajes y que el proyecto fue devuelto a la comisión, “para que en un espacio más amplio sea debatido, discutido y que al final pueda prevalecer la decisión de la mayoría”, según afirmó.
De un lado y otro se escuchan opiniones diversas; solo que algunas trazan una reflexión inconcebible, como esta de que la pieza quita autoridad a la familia en la educación sexual de sus hijos e hijas, para descansar en el Estado. Nada más erróneo. La Constitución de la República avala esa posición incuestionable de padres, madres y tutores sobre los menores. Pero, lo cierto es que hasta la fecha, las cosas andan muy mal y República Dominicana muestra una tasa de embarazo precoz de las más altas de la región: Más del 20% de las menores de 20 años son madres o están embarazadas; el 27% de las adolescentes no conocen el uso de anticonceptivos, lo mismo que el 21% de las adultas de 20-24 años, conforme a la Encuesta de Salud (Endesa) 2013.
Las voces que reclaman cambios en las políticas públicas en materia de salud de las mujeres, responsabilizan de esta epidemia de embarazos en adolescentes, entre otras, a la Iglesia Católica y otras iglesias que se oponen a los contenidos de la educación sexual en las escuelas.
El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (Codue) y el Grupo Acción Cristiana, por ejemplo, expresaron en una comunicación a Martínez Durán que el proyecto “pretende convertir al Estado en el promotor del inicio temprano de las relaciones sexuales por parte de la niñez y la adolescencia e impone la enseñanza de la diversidad sexual y el erotismo en el currículo de la enseñanza”.
Habrá que ver cuánto dura este impasse que debe solucionar el poder legislativo. Mientras, recordemos que el 30% de las adolescentes en República Dominicana ha tenido embarazos no deseados y este grupo etario representa un 18% de los fallecimientos de las muertes maternas en el país. Pensemos, además, que República Dominicana enfrenta el peligro de no poder cumplir el quinto Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM), tanto en su eje número 1, relacionado con la mortalidad materna, como en el segundo, acerca de la salud reproductiva de la mujer.
Dilatado proceso, pese a…
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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