Mi patria no es esa

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||

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Mi patria no es la de Danilo
 
Mi patria-matria es la de los/as de abajo. La de las víctimas sociales, económicas y políticas de todos los colores, sometidas por un poder a todas luces malvado. La que anhela ser libre como país, isla, sub-continente; como Patria Chica y Patria Grande…frente a EEUU y demás potencias mundiales.
 
Mi patria es la que debe recuperar su soberanía frente al imperialismo mundial, junto al pueblo haitiano y a todos los pueblos oprimidos. La que no debe sentirse agredida cuando aquí y en el mundo se critican los desafueros racistas y xenófobos de sus gobernantes contra nacionales de ascendencia haitiana y emigrantes haitianos, indocumentados por culpa de los que dominan, empobrecen y discriminan en ambas naciones.
 
Yo me sumo al clamor internacional, que con tardanza, debilidades y contaminaciones, asume los derechos de descendientes y de emigrantes del pueblo haitiano en territorio dominicano. Y agrego los derechos de los/as connacionales abusados/as.
 
Las críticas de apatridia en un caso y de abusos de poder, maltrato, semi-esclavitud, tráfico, extorsión, en el otro…se quedan cortas frente a la dramática realidad histórica, reciente y presente. Esto lo he dicho antes de esta avalancha internacional condenatoria; en la que se cuelan instigadores de la mafia política haitiana pro MINUSTAH, disfrazada de un seudo-patriotismo anti-dominicano.
 
Me sumo a las denuncias basadas en hechos, desafío las amenazas neonazi que brotan de este Estado y sus portavoces.
 
No habrán de verme junto a la cruzada patriotera del corrompido y entreguista régimen dominicano, ni cerca del seudo-nacionalismo de la claque gobernante en Haití
 
Martelly es un presidente desacreditado, pro-gringo, socio de Leonel y Félix Bautista, protegidos por el pacto pro-reelección de Danilo. El pueblo haitiano, la patria haitiana, son otra cosa, como pasa aquí.
 
Ambos gobiernos manipulan las identidades nacionales y las controversias históricas para contraponerlas y sacar provechos políticos inmediatos, incluso electorales; sobre todo cuando la crisis en un país o en los dos a la vez –como es el caso- amenaza convertirse en ingobernabilidad o puede poner en riesgo la continuidad del clan gobernante. Entonces se fabrica tanto el “peligro” haitiano como el dominicano.
 
El uso perverso de los seudo-nacionalismo se ve ahora alimentado por la determinación continuista de Danilo y del cogollo del PLD, e igualmente por el interés de perpetuación en el seudo-Estado haitiano del clan de Martelly; ambos impelidos por la proximidad de procesos electorales viciados. No permitamos que nos manipulen.