De un lado, la sequía “seca” y mata especies…La vida se destruye sin agua; pero cuando es en exceso, ahoga y mata también. Decenas de personas murieron por el tornado que azotó a Ciudad Acuña (México), y las inundaciones dejaron víctimas y desaparecidos; además de familias enteras desplazadas de sus hogares, en esta y otras muchas comunidades.
Zonas de emergencia y de desastre constituyen los otrora vecindarios, donde hoy buscan entre los escombros a quienes pudieran mantenerse vivos.
Las penurias se multiplican cuando hay daños tales. El Servicio Nacional de Meteorología de EE.UU. advirtió sobre la continuidad de fuertes lluvias que agudizan la situación en los condados ya afectados.
Las corrientes de agua arrastran automóviles y provocan ahogamientos, hasta de quienes intentan rescatar a otros. Calles enteras ofrecen espectáculos deprimentes.
Tornados, granizos, vientos dañinos; inundaciones repentinas…Hay quienes intentan negarlo; pero la naturaleza se debate entre deterioros y dolencias inferidas por la mano humana. Sylvia Ubal escribe un artículo titulado “El hombre, depredador de la naturaleza”; duele, pero ahora se pagan las consecuencias. Ojalá haya curas y restablecimientos.
¿Y qué está sucediendo en el mundo?
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