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Cómo y por qué viajaremos en 2030

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En 2030, más de 1.800 millones de personas viajarán anualmente al extranjero y sus motivaciones y hábitos serán radicalmente diferentes de los de hoy día. Para esta fecha, algunas personas adquirirán y vivirán sus experiencias de viaje en función, casi exclusivamente, de la posibilidad de compartirlas en las redes sociales y del capital social que puedan generar.
 
Otros demandarán la máxima comodidad en la gestión del viaje y la libertad de no tener que organizar nada, para hacer todo lo posible a distancia o delegando en terceros.
 
Al mismo tiempo, otro grupo estará fuertemente marcado por el deseo de vivir las experiencias más lujosas y exclusivas. Estas son algunas de las predicciones recogidas en el informe Future Traveller Tribes 2030: los viajeros del mañana, un estudio pionero elaborado por Amadeus y The Future Foundation que identifica cuáles serán los perfiles o tribus de viajeros que emergerán en los próximos quince años.
 
El proceso de análisis, que prioriza el enfoque psicográfico frente a criterios sociodemográficos, parte de las tendencias de consumo desarrolladas por la consultora especializada The Future Foundation y revela seis perfiles diferenciados de viajeros: Buscadores de capital social: estructurarán sus vacaciones teniendo en cuenta, casi exclusivamente, sus contactos en la red, para apoyarse en sus opiniones y recomendaciones y justificar sus decisiones, así como en las posibilidades que ofrezca de incrementar y enriquecer su capital social, entendido en este contexto como el nivel de colaboración del consumidor dentro de un colectivo, el valor que aporta y el valor que recibe.
 
Esto dará pie a un mercado totalmente nuevo de viajes concebidos de manera específica a incrementar la relevancia online, plagados a propósito de oportunidades para intercambiar experiencias en las redes sociales. Los puristas culturales considerarán las vacaciones como la oportunidad de zambullirse en una cultura extranjera —aunque ello conlleve ciertas incomodidades— y el disfrute de sus viajes dependerá de la autenticidad de la experiencia.
 
Los trotamundos comprometidos planificarán sus viajes de acuerdo a criterios éticos, como la reducción de la huella medioambiental o la contribución a la mejora de las vidas de otras personas.
 
Con frecuencia evaluarán cuál podrá ser el impacto del dinero destinado a un viaje en un entorno e improvisarán o incorporarán algún elemento relacionado con el voluntariado, el desarrollo social o la sostenibilidad medioambiental a sus itinerarios.
 
Los amantes de la comodidad preferirán un paquete de productos y servicios para evitar la gestión de diferentes aspectos del viaje. Para esta tribu, las vacaciones constituyen un momento excepcional en el que mimarse, con la confianza de que su seguridad y disfrute están garantizados.
 
Los viajeros por obligación orientarán sus viajes a lograr un objetivo concreto. Ya sean de negocios o de ocio, sufrirán limitaciones de tiempo y de presupuesto; y demandarán una tecnología —basada en algoritmos avanzados— capaz de eliminar o resolver las incidencias de los viajes, como cancelaciones o cambios de vuelo.
 
Los cazadores del lujo se interesarán exclusivamente por los viajes de lujo en su sentido más extremo. El viaje es una recompensa extraordinaria, una experiencia que es imprescindible para compensar el sacrificio de tiempo y esfuerzo que exige su trabajo y su vidacotidiana.
 
Alex Luzarraga, Vice Presidente de Corporate Strategy en Amadeus, señaló: “Si volvemos la vista 15 años atrás, es difícil subestimar lo lejos que ha llegado la industria del viaje en términos de innovación, coste y opciones para los viajeros. Y a pesar de ello, cuando hoy nos planteamos el futuro dentro de 15 años, en 2030, está claro que el cambio no hará sino que acelerarse. Con esto en mente, entender las tribus viajeras emergentes será vital para proveedores, distribuidores de productos turísticos y usuarios en los próximos años, con el fin de asegurar que se adoptan ahora las decisiones de inversión adecuadas para responder a una clara tendencia de la industria: la mayor personalización de servicios en todas las etapas del viaje, sin precedentes hasta la fecha”. Nick Chiarelli, Director de The Future Foundation, añadió: “El estudio muestra que en 2030 no sólo cambiará el tipo de experiencia que demanda los viajeros en 2015, sino que la forma en la que compran y adquieren compromisos con la industria también se verá alterada. En los 15 próximos años el deseo de compartir las experiencias de viaje estará muy arraigado y, en consecuencia, también aumentará la repercusión del intercambio de tendencias de inspiración y compra.
 
A medida que los consumidores de los mercados desarrollados se adentran en una era postmaterialista, la experiencia —antes que nada— y, en segundo lugar, la ética —tanto a nivel medioambiental como social—, influirán de forma significativa en las decisiones y los hábitos de viaje de las personas”.

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