Guadalajara, Jalisco.- Al Sur del país alberga tesoros naturales de inigualable belleza que ofrecen al turista una vista espectacular, con el espacio idóneo para entrar en contacto con el medio ambiente. El ecoturismo en los estados en esta región del país es una práctica habitual, y Chiapas no es la excepción.
Uno de los pináculos entre sus destinos turísticos es su famosa cadena de cascadas, El Chiflón. Ubicados en la localidad de Benito Juárez, está conformado por casi una decena de grandes caídas de agua. El imaginario popular le ha dotado de peculiares nombres a cada una de ellas, debido a la asociación de la belleza espectacular de las cascadas y las evocaciones que éstas generan en los visitantes: algunos de los ejemplos son Cascada Ala de Ángel, Cascada Velo de Novia, Cascada Arcoíris, Cascada Suspiro y Cascada Quinceañera.
La sabiduría popular también explica el origen del nombre de El Chiflón, ya que se debe a que cuando el viento sopla fuerte se comienza a escuchar el característico chiflido que ofrecen todas las caídas al unísono, lo que resulta en una ambientación muy relajante para los presentes. Ese peculiar sonido resuena como un murmullo entre los árboles, aportando un elemento más para hacer de la estadía un recuerdo inmejorable.
Potencial turístico
Estas cascadas fueron uno de los telones de fondo donde se desarrolló la cultura maya en todo su esplendor, en medio de la selva del sureste mexicano. Aunque su formación natural se remonta a millones de años, como destino turístico especialmente diseñado alrededor del concepto de las cascadas tiene cerca de veinte años en funcionamiento. La iniciativa de construir en las cercanías todos los inmuebles y servicios necesarios para recibir a los turistas nacionales y extranjeros surgió por los mismos ejidatarios.
En total son unas treinta familias que suman ochenta personas encargadas de hacer la visita más placentera para la gente, además de cuidar el ecosistema natural. En tiempos de temporada alta llegan a recibir hasta cincuenta mil personas. El centro ecoturístico tiene un espacio de unas 150 hectáreas.
En el mencionado centro ecoturístico hay un museo, para conocer la historia del sitio, además de apreciar la exposición fotográfica para conocer a fondo la flora y fauna que enriquece la vista de las cascadas.
Pero más allá del museo y la historia, lo ideal es adentrarse en la imagen viva de las cascadas. Para ello practicaremos el senderismo, pues para llegar a las cascadas hay que hacer un recorrido a un lado del río que se nutre de las caídas de agua.
Como si fuera coincidencia, la ruta que se sigue por lo regular va de la cascada de menor tamaño hasta la cascada con una caída más alta. La primera es El Suspiro, con una caída de tan sólo 25 metros de altura. Desde ahí se avanza para pasar por el resto de las cascadas, que van in crescendo con la altura de sus caídas, hasta llegar a la llamada Cascada Mayor, también conocida como el Velo de Novia, que supera casi por más de cien metros a El Suspiro, pues tiene 120 metros de altura.
Aunque la actividad principal es la caminata de una cascada a otra, la misma naturaleza nos invita a nadar en el agua cristalina. Pero no es recomendable zambullirse en cualquier lugar: para ello hay una zona específica, que en total suma unos 700 metros de balneario natural. Los guías le indicarán en qué parte se encuentra dicha zona.
Para evitar los peligros de la noche, los horarios para los recorridos se reducen a la posibilidad de caminar con luz natural: de 8.30 a 17:00 horas. Para gozar de una experiencia sin detalles negativos, es indispensable llevar ropa y zapatos cómodos, no ir muy cargados y seguir todas las instrucciones de los guías. Otra recomendación es llevar unos binoculares, ya que durante el recorrido habrá varios lugares que funcionan como miradores: por la altura que se llega a alcanzar la vista resulta muy atractiva.
A la aventura
Además de apreciar el espectáculo natural y nadar en las aguas, El Chiflón también cuenta con instalaciones para los amantes de los deportes extremos: muy cercano al comienzo del recorrido hay una tirolesa instalada. Ésta es de un tamaño menor, pero apenas es el comienzo, pues otra de mayor tamaño se ubica hacia el final del recorrido, aprovechando la alta caída de la cascada Velo de Novia.
TOMA NOTA
¿Cómo llegar?
La ruta más recomendable es llegar a San Cristóbal de las Casas y de ahí trasladarse vía terrestre tumbo a Comitán, para después continuar a Tzimol: en total son poco más de 120 kilómetros. Otra ruta posible parte de Tuxtla Gutiérrez, partiendo rumbo a Pujiltic: esta ruta es de 145 kilómetros.
SABER MÁS
El descanso
Hay varias opciones para pernoctar en la zona, una de ellas es dentro del mismo Centro Ecoturístico Cadena de Cascadas, en Tzimol.
Allí encontrará disponibles cabañas para rentar, que van desde los 400 pesos para dos personas en temporada baja hasta 1,000 pesos para habitaciones triples en temporada alta. Tel. 9635 9697.
+ México
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El Chiflón, pinceladas acuáticas
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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