Bogotá.- El paisaje cultural cafetero, patrimonio de la humanidad, cautiva a viajeros colombianos y foráneos por el aroma de sus plantíos y las acogedoras haciendas, donde pernoctan los interesados en esa modalidad productiva, símbolo del país andino.
Caldas, una de las principales regiones cultivadoras de la planta, atrae por los encantos de sus rutas a través de las cuales los viajeros pueden apreciar desde la etapa de siembra hasta el beneficio, trillado, secado, molienda y la elaboración de la apetecida bebida, obtenida de los granos.
Un recorrido por la zona, de suelos idóneos para ese tipo de plantación, permite conocer de cerca a experimentadas chapoleras o recolectoras, así como a los agricultores encargados de cuidar las simientes y los árboles de cafeto.
La visita a esos sitios es uno de los atractivos de Caldas, junto a las vistas de sus cimas heladas, entre las que sobresale el Nevado del Ruiz, uno de los volcanes más activos y vigilados del territorio nacional, comentó a Prensa Latina Luz Inés García, gerente de la agencia de viajes local Carriel Mágico.
Bosques con numerosas especies de orquídeas y sus famosas aguas termales distinguen adicionalmente a ese departamento que muestra sus ofertas turísticas en la Vitrina Anato, feria internacional del sector a la que asisten mil expositores de 33 países.
El paisaje cultural cafetero, con escenarios también en Risaralda y Quindío, es orgullo de Colombia por su apego a una tradición agraria ancestral, ligada a la tierra y a los frutos que de ella brotan, aseguró la experta.
Declarada Patrimonio de la Humanidad desde 2011, esa extensa área abarca a 47 municipios.
En la gran muestra inaugurada la víspera, los promotores exponen también bondades de la amurallada ciudad de Cartagena de Indias, invitada de honor al evento, la cual acoge a la mayoría de los turistas que arriban a esta nación suramericana.
Conocida por su arquitectura colonial y abundantes fortificaciones militares que sobrevivieron al paso de los siglos, la urbe bañada por el mar Caribe incrementó sus conexiones aéreas con el mundo para facilitar el desarrollo de la llamada industria del ocio.
El archipiélago de San Andrés, que abriga a la Reserva de la Biosfera Sea Flower, promueve igualmente itinerarios por los islotes, donde proliferan las aves.
Desde el Cauca, El Meta llegaron también ofertas a Corferia, principal recinto expositivo bogotano, sede del evento turístico, en cuyos pabellones no faltan la música, la danza y otras manifestaciones artísticas típicas de cada región.
Unos cuatro millones 200 mil veraneantes foráneos arribaron a Colombia en 2014, cifra que superó la meta proyectada para la etapa.
Paisaje cultural cafetero entre incentivos del turismo hacia Colombia
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