Detrás de un hombre exitoso: Carolina Cruz

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||

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Reza el dicho muy antiguo que “detrás de un hombre exitoso, hay una  gran mujer”. Y eso no es cualquier mujer, sino una como Carolina Cruz de Martínez, esposa del expelotero de Grandes Ligas, Pedro Martínez, quien recientemente pasó a la exclusiva lista de los inmortales del béisbol, al conseguir un puesto en el Salón de la Fama de Cooperstown.
 
Sorprende que siendo una mujer joven, elegante y, obviamente,  con planes de crecer como persona, Carolina no se ha contagiado y permanece callada ante ese “boom” de cámaras, reconocimientos, entrevistas y celebraciones que vienen haciéndole a su esposo, a quien permanentemente acompaña.
 
Ese comportamiento de Carolina  no es porque no  sepa expresarse o “comportarse” ante la abrumadora atención que concita donde quiera que esté el exmegaestrella del béisbol. No. Lo cierto es que Carolina Cruz es una joven comunicadora muy bien prepara, con un excelente background (experiencia) profesional, sobre todo relacionada con el béisbol.
 
Muchos cronistas deportivos se preguntan  por qué  siendo Carolina tan capacitada, diligente, dedicada y  que ha llevado parte de la “pesada carga” que le tocó vivir a su esposo, ningún periodista le preguntara su parecer sobre esos angustiosos y grandiosos momentos que estaba viviendo su conyugue al  ser elegido para el departamento de los inmortales del béisbol de Grandes Liga.
 
Hubo preguntas para la madre de Pedro, Leopoldina Martínez y para el hermano, Ramón Martínez. Nadie se ocupó de conocer los sentimientos de Carolina, la persona que duerme con Pedro, que conoce lo que come, lo que le preocupa, lo que lo hace feliz; quien lo suele aconsejar y darle un aliento de esperanza en los momentos de prueba que nos trae la vida. Ella, con la humildad que la caracteriza, observaba todo a su alrededor, sonreía y siempre junto a su marido. Ella, la misma que según lo que la conocen bien, ha sido el gran sostén para que hoy Pedro con orgullo diga: I kept clean, clean (me mantuve limpio, limpio).
 
Carolina Cruz  lleva en la sangre la afición por el béisbol, ya que desde pequeña  su padre,  Enrique Cruz, estaba relacionando con ese deporte: jugó para el Equipo Nacional Dominicano y  llevó a cabo un programa de pequeñas ligas. Mientras que su madre, Elvira Rodríguez, fue selección nacional de softbol. Carolina es la mayor de cuatro hermanos, dos de los cuales militaron en Grandes Ligas:
 
“Anhelaba ser como la presentadora de deportes de ESPN, Linda Cohn”, ha dicho Carolina. Tiene en su haber una licenciatura en comunicación, en Boston Collage, además de una maestría en periodismo escrito en la Universidad de Miami.
 
Trabajó en ESPN como asistente de producción y reportera de campo de la transmisión del Béisbol Invernal para los Estados Unidos. Por cinco años escribió una columna en el Listín Diario, titulada “Mujeres en Grandes Ligas” y después colaboró con otra publicación semanal llamada la “Pluma Instruida” en la rama cultural del mismo diario.
 
“Mi apellido me sumó, gracias a la trayectoria de mi padre, quien tuvo una carrera de trabajo y honra. Haciendo grandes  cosas por el país y la niñez”, apuntó. A partir del 2007 deja a un lado el periodismo y se introduce en la Fundación Pedro Martínez,  ubicada en San Miguel de Manoguayabo. Reveló que su misión es trabajar con niños, niñas y adolescentes y sus familias de una manera integral.
 
Les enseñan cómo establecer estructuras en las áreas de educación, salud familiar y financiera. En el equipo de la fundación laboran un total de 15 personas, entre las áreas administrativas y docentes.
 
Cuenta además, con un programa matriz llamado, “Hay poder en aprender”, donde realizan actividades extra curriculares con niños de cinco a 12 años.
 
El  destino provocó el encuentro de Carolina y Pedro Martínez cuando éste se mudó a Boston en 1998. En ese momento ella estaba estudiando periodismo y practicaba voleibol en el Boston Collage. Ella obtuvo su maestría en la Universidad de Miami y más tarde trabajó como reportera para ESPN Deportes, la sucursal en español de la famosa red.
 
Pedro y Carolina se casaron en 2005, lo que aprovechó  ella para dedicarse en tiempo completo a gestionar  su organización caritativa,  en la cual busca junto a su esposo crear un mejor futuro para la niñez dominicana de escasos recursos económicos, enfocándose principalmente en las niñas, las cuales cargan con los  mayores obstáculos, en  una cultura que no tiene en cuenta el valor de las mujeres y su potencial para mejorar su comunidad: “Esta idea nació de  mi indignación con el nivel de embarazos en adolescentes en la República Dominicana. Esto es para ayudar a construir la autoestima y la confianza en las adolescentes. Si no les das esperanza, van a ir por el camino equivocado. Hay que empoderar a estas niñas y darles confianza. Cuando tienes a alguien  que se siente bien consigo mismo puede cambiar todo el entorno”, suele expresar Carolina.