Los Ángelesd.- La práctica de Los Angeles Lakers posterior a la apabullante derrota ante Los Angeles Clippers (114-89) estuvo marcada por el sentimiento de vergüenza colectiva y por la dureza con la que Byron Scott afrontó el entrenamiento. Después de llamar flojos a sus jugadores en numerosas ocasiones tras el encuentro, el coach castigó a sus pupilos con trabajo físico, algo que no se veía desde las primeras prácticas de la temporada.
El varapalo que sufrieron los laguneros ante sus vecinos de los Clippers, quienes camparon a sus anchas ante la impasible mirada de sus oponentes, sentó como un jarro de agua fría al equipo y el descontento de Scott fue constante tanto durante la noche del miércoles como en la tarde del jueves.
«Es como recibir una bofetada en la cara. Después del partido no dije nada, sólo que hablaríamos hoy (por el jueves). Pero en el medio tiempo les dije que había un equipo que estaba pasando un buen rato a nuestra costa y no había nadie para frenarlo», afirmó Scott, que prefirió no ver el vídeo del juego ni después del encuentro ni antes de entrenamiento.
«Me hice un favor a mí mismo y no miré el vídeo lo haré esta tarde. Si lo hubiera visto ayer o esta mañana antes de la práctica, probablemente hubiera estado más enfadado. Me dije a mi mismo de verlo después de la práctica de hoy y así llegar mañana más enfadado. Aún más», confesó.
En varias ocasiones, Scott negó que exista una rivalidad entre Clippers y Lakers. El desequilibrio en cuanto a campeonatos logrados es suficiente como para que el coach considere que no hay sentimientos especiales en este tipo de partidos. Sus palabras coincidieron con el mal partido de sus pupilos y una motivación que fue infinitamente mayor en la del grupo dirigido por Doc Rivers.
Sentimiento de vergüenza en los Angeles Lakers
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