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Bermard Hopkins ante gran reto este sábado

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Este sábado, quizás como nunca, Bernard Hopkins necesita triunfar sobre Sergey Kovalev. De esa victoria no solo dependerá su objetivo de llegar al medio siglo de existencia como campeón. Su legado, aunque parezca un absurdo, en gran medida, también depende de esta pelea. Y para entender esa, en apariencia, ilógica percepción, hay que empezar recordando el pasado de este gladiador increíble.
 
Para Bernard Hopkins no hay mejor definición que la de «Alien». Él es un verdadero fenómeno que por capacidad física y mental parece ajeno a este mundo. Pero también es un ejemplo fenomenal de superación y victoria existencial de lo bueno sobre lo malo. Este doble campeón a punto de cumplir el medio siglo de existencia, fue un asaltante a los 13 años y entre sus delitos se contabilizaban intentos de asesinatos y robos a mano armada. Con 17 años fue condenado a pasar dieciocho años entre rejas. Solo pasó cinco años en prisión, que fueron suficientes para descubrir el Islam, descubrir el boxeo y descubrirse a sí mismo. Esa fue su primera victoria. Lo que ocurrió después, todos lo sabemos.
 
El largo reinado como campeón mundial de los pesos medianos donde impuso un record difícil de igualar con veinte defensas de título. Cuando ganó el cinturón de los semipesados al derrotar a Jean Pascal se transformó en el campeón de mayor edad en la historia del boxeo y entre otras hazañas inéditas, es el único púgil que ha logrado poseer simultáneamente los cinturones de una misma división (medianos) en los cuatro grandes organismos del boxeo mundial (CMB, OMB, FIB Y AMB) y defenderlos todos, más de una vez, en una misma pelea.
 
En la estadística de los récords, Bernard Hopkins ocupará el primer lugar. Esa es la respuesta a los números. Sin embargo, hay otras preguntas que no tendrán una respuesta tan absoluta. ¿Le alcanzarán esos números para ocupar un lugar preponderante en la historia del boxeo mundial? ¿Ocupará su legado, en la consideración de los fanáticos, el mismo lugar que sus récords insuperables? Yo creo que no y Hopkins tampoco lo cree. Tal vez, su errónea apreciación de que su color de piel conspira contra su éxito sea una forma de hacer catarsis contra lo que impone la realidad. Hopkins no tiene carisma de súper estrella ni tampoco su boxeo es del estilo de una súper estrella. En consecuencia, como trayecto inevitable, en el libro de la memoria será parte de las páginas que casi nadie lee.
 
Por si fuera poco, más allá de sus errores de juventud, su vida ha sido ejemplar, hasta diría que monótona y al extremo disciplinada. No se le conocen amoríos extravagantes, no ha sido acusado de violencia doméstica, no ha pasado por ninguna clínica de rehabilitación por drogas, no ha padecido juicios millonarios en su contra, no ha ostentado sus dólares en algún reality show, no ha organizado peleas payacescas o jugado al basquetbol creyendo que lo hacía bien o a desafinado cantando tontas baladas en algún show televisivo. ¡Vaya! por ese lado tampoco entrará a la historia de las celebridades como otros campeones contemporáneos.

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