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Meditabundo: Pinceladas de males sociales

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Los que no adquirieron los conocimientos de la educación para vivir bien ignoran el Decálogo y la Doctrina Duartiana, no aman la enseñanza de patria nacionalista y la moral y cívica. Juran cumplir y hacer cumplir la Constitución y leyes y son los principales consuetudinarios de la corrupción, extorsión, nepotismo. etc… Aplican el “poder frena poder” extirpando la seguridad jurídica. Son el mal ejemplo, no tienen principios, menos lealtades. Aman y ejercen los bajos apetitos “buscando lo suyo”. Se apropian como sanguijuelas de lo ajeno, el erario. No les interesa la seguridad ciudadana, lo primordial en esta selva humana. Si hacen el bien es por interés, no por ser bueno.
 
Las auditorías de la Cámara de Cuentas con las R.D.$ millonarias “irregularidades” muestran que el sistema administrativo es un saqueo protegido por la impunidad. Acuerdo tácito entre los que ejercen el poder, por eso ninguno está separado de la sociedad por sentencia judicial y 45 auditorías duermen engavetadas.
 
El legislador que aprueba un contrato sin leerlo y proporciona bienestar económico comete la acción que daña o menoscaba la fidelidad que se debe a la patria: Lesa patria. Ignoran la lectura del Agamenón de Esquilo. “Dios conduce por el eterno caminar de la sabiduría y la verdad solo se aprende a costa de sufrirla”.  Halagan las aspiraciones populares con la mentira, es que son politicastros.
 
Se siente cuan odioso y dañino resulta el poderío de un solo hombre, y hasta qué punto es miserable la vida de quienes antes prefieren ser temidos que amados. Y el pueblo reclama al que cambia el amor de patria por la riqueza.
 
Soñé ver unos ancianos de visita al Panteón Nacional donde dejaron esculpidas en el mármol de la historia cuatro sentencias para que los dominicanos las apliquen en la búsqueda de un cambio a la vida sana:
 
Ser un enamorado de la Doctrina Duartiana.
El Decálogo Duartiano sea el Código de Pautas Éticas en la administración pública.
“Entre el dominicano y el haitiano no es posible la fusión”.
 
No vivir engañado, es difícil ver nuestros errores, el único miedo que debemos sufrir es no habernos corregido a sabiendas de nuestras debilidades. El cambio a una vida honesta parece imposible, no siempre lo es.
 
En la adolescencia veía la tierra luminosa, los cañaverales verdes, el río Higuamo sereno, limpio, caudaloso. Hoy el hombre lo ensucia con sus ganancias, bestiales desvergüenzas, males de la muerte del deber cívico. No piensan en lo que luego se dirá de lo ocurrido.
 
Vemos como los seres humanos se pierden al acomodarse en la mala riqueza, es insegura. No se dan cuenta que la abundancia dolosa, innecesaria, esclaviza y denigra. Adquirir dinero por cualquier medio es motivo de estar inquieto. El dinero lleva a tener poder, pero, el poder del dinero no evita que en un orto toque la puerta el alguacil con la cita del juez.
 
Estas pinceladas son parte del retrato nítido, sin retoques, real, que muestra el sistema político de su acariciada democracia. No la que predicaron Juan Pablo Duarte. Ulises Francisco Espaillat y el profesor Juan Bosch.
 
Cuando terminé de escribir los nombres de estos únicos, grandes dominicanos, me detuve meditabundo y surge la idea: nos urge un seminario por la televisión sobre los estudios de los males políticos que se suscitan en esta sociedad y los factores que contribuyen a que dichos males se presenten. El otro estudio es de los desajustes sociales, en que se analicen los factores que producen tales desajustes. ¿Qué piensa usted amable lector?
 
Nuestros invitados de hoy Aristóteles: “Todo acto forzado se vuelve desagradable: El hombre perfeccionado por la sociedad es el mejor de los animales, pero es el más terrible cuando vive sin ley ni justicia”.
 
Churchill: “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y  no en las próximas elecciones”.
 
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.

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