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Meditabundo: Del Match Taveras-Vicini

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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El ocaso refrescaba, yo terminaba de leer el Match Taveras-Vicini sobre la opinión de la señora Ligia Bonetti: “en el sector económico nacional no existen bajo salarios…” Qué bueno, muy bueno que los intereses económicos desenfrenan los hilos de poder y salen de la oscuridad y la naturaleza de la razón con su íntima propiedad de libertad reclama el debido derecho. Observamos dos retratos nítidos, sin retoque, se pensó y se expresó. El hombre es lo que piensa y hace.
 
Yo soy un interesado en la felicidad de todos y las neuronas octogenarias no inclinan a ser juez, recuerdan y presentan con el debido respeto: En el siglo X AC en Lacedemonia el rey Licurgo salía del palacio como lo hace el señor Presidente de la República, licenciado Danilo Medina. El rey observa la gran desigualdad entre la pobreza y los poderosos ricos y decide mediante un Edicto eliminar la propiedad privada para repartirla en partes iguales.
 
Los poderosos no acatan la decisión y una mañana cuando el rey sale del palacio es atacado por una turba de los conocidos poderosos económicos y el joven altivo, alevoso, Alcandro le hiere el rostro con una vara, la sangre corre por la vestimenta blanca del rey.
 
Los atacantes asustados agarran al joven, el rey se opone y lo lleva al palacio donde ordena sea instruido en la buena costumbre. El rey hizo la primera reforma agraria, repartiendo en partes iguales la tierra de Laconia y Nueva Esparta, entregó aperos de labranza y semillas.
 
Carlos Mark en defensa de los obreros abusados sentenció: “la economía es la ciencia de las miserias humanas”. Se refería a la miseria espiritual de los poderes económicos que se benefician de los que producen la riqueza, con su ley del apego a la insaciable avaricia que los lleva a ser esclavo de su riqueza creadora de todos los males sociales.
 
El papa Juan Pablo ll durante una homilía celebrada en la Habana, Cuba, en enero 1988, tildó a los capitalistas de salvajes. Estas fueron sus palabras: “Por todo lado en varios lugares una forma de neoliberalismo capitalista que subordina la persona humana y condiciona el desarrollo a las fuerzas ciegas del mercado, gravando desde sus centros de poder a los países menos favorecidos con cargas insoportables.
 
En ocasión se imponen a las naciones, como condiciones para recibir nuevas ayuda, programas económicos insostenibles. De este modo se asiste al enriquecimiento exagerado de unos pocos acostas del empobrecimiento creciente de muchos, de forma que los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.
 
Diez años más tarde el papa Benedicto XVI en la emplanada de los Inválidos, Paris, septiembre 2008. Recuerda el Nuevo Testamento lamentando la “insaciable avaricia”. “el amor al dinero es la causa de todos los males”. Preguntose ¿El dinero, la sed de acaparar, el poder e incluso el conocimiento han apartado al hombre de su verdadero destino? Termino de las citas.
 
Lo vivido, experiencia entre los hombres nos ha enseñado que el ser humano rechaza a quien le dice lo que está haciendo mal, bien sea llamándolo hipócrita o reclamando el derecho adquirido. Estamos dentro del territorio de los feroces leones, voracidad insaciable y afán desmedido de atesorar riquezas. Leones con inmensa laguna de crecimiento espiritual, almas enfermas, desconocedores o enemigos de las virtudes que unidas al conocimiento profesional los harían hombres éticos. Saber vivir bien.
 
La crisis moral nos motiva a revisar y entregar algunos apuntes que traje de Taiwán. La preciosura sabiduría china. Los reyes Wen- We grabaron en tablillas de bambú lo siguiente: “De la perfección moral, igual a la verdad pura, proviene la más excelsa claridad de la inteligencia llamada santidad primitiva. Del resplandor de la inteligencia proviene también una perfección moral llamada santidad adquirida. La perfección moral lleva a la claridad de la inteligencia, y la claridad de la inteligencia lleva a la perfección moral”. Termina la cita.
 
Si aplicamos esta lección la avaricia no opaca la razón, brilla el logos y estamos en el camino del sumo bien. La felicidad. La crisis moral hará que el ser humano comprenda que donde no hay honestidad, no hay utilidad.
 
Las singladuras en esta tierra sedienta de que germine el Decálogo Duartiano, indican que lo único que cuenta es una fe activa en la práctica del amor a la moral y cívica con sentimiento nacionalista. Pero, los que le dan primacía al dinero y no a la gente viven en el derrotero de los tres monos sabios. No ven, no escuchan y no hablan y cuando lo hacen es para no aceptar y tratar a los que son iguales a los iguales. ¡Qué pobreza!
 
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.

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