El presidente Danilo Medina se encuentra en una especie de “encrucijada” ante la posición que debe tener su gobierno en torno al controversial proyecto que busca convertir Loma Miranda en parque nacional.
Por una parte están los ataques del sector empresarial con relación al riesgo a la inversión extrajera y el irrespeto a la personalidad jurídica.
Por el otro, permitir la explotación del yacimiento minero, la presión social y el riesgo de que el mandatario pierda el nivel de popularidad, que de acuerdo con algunas mediciones, sobrepasa el 80% de la aceptación popular.
Un estudio de la firma encuestadora mexicana Consulta Mitofsky, publicado en pasado mes de febrero, reveló que el presidente Danilo Medina contaba con el 90% de aprobación y aceptación de los dominicanos y dominicanas, dos puntos más que el año pasado.
En la encuesta fueron medidos 19 presidentes de América y 10 de Europa, Asia y Australia, valorados por la población en base al trabajo que han realizado. El mandatario dominicano supera en porcentaje a los 18 gobernantes de América.
Otra encuesta de Gallup-Hoy publicada en mayo, tres meses después, indica que el 89.3% de la población dominicana aprobaba la forma en que el presidente Medina conduce el gobierno.
Dentro de las argumentos que se han tomado en cuenta para medir la popularidad del jefe del Estado figuran la ampliación de los programas sociales en beneficio de la población más necesitada, la entrega del 4% del Producto Interno Bruto(PIB), para la Educación y las visitas sorpresas con soluciones, principalmente de financiamientos para pequeños productores.
Sin embargo, para algunas personas no todo es color rosa en las iniciativas que mantienen al Presidente en el primer lugar de popularidad con relación a sus homólogos de América Latina.
Con respecto a los recursos destinados a la Educación (unos 100 mil millones de pesos), se habla de que sólo se han concentrado en construir aulas, descuidándose destinar mayor recurso para la preparación del personal docente.
Otro renglón muy criticado es que las soluciones que Danilo Medina entrega a los pequeños productores en sus visitas sorpresas no son las más adecuadas, ya que sólo se estaría resolviendo mínimamente las grandes carencias del sector productivo nacional, que deben enfrentarse con políticas agropecuarias de Estado.
La proyección del estilo de gobierno del presidente Medina ha impregnado su propio sello y creado una especie de línea cada vez más apreciable y aplaudida por la mayoría.
Suele verse cercano a la población y sus necesidades, por ende esta condición le permite tener mejor conocimiento del diagnóstico de la problemática social y económica.
Otra característica es su llegada puntual a las actividades, tanto de la agenda como jefe de Estado, como a eventos sociales; se mueve con menos aparataje que sus predecesores.
Debilidades
Un punto débil en la gestión de Danilo Medina es que ha hecho más de lo mismo para enfrentar la corrupción en la administración pública, donde se le ha exigido la “difícil” tarea de enfrentar a los funcionarios de su propio partido.
Hoy observamos que el Presidente se encuentra en una especie de “encrucijada”, ante el controvertido tema de Loma Miranda.
De una parte está la presión del sector empresarial con relación al riesgo a la inversión extrajera y el irrespeto a la personalidad jurídica. Por la otra, la presión social, de permitir la explotación del yacimiento minero, y el riesgo de perder el nivel de popularidad alcanzado.
Se recuerda que en la rendición de cuentas de su primer año de gobierno ante la Asamblea Nacional, el presidente Medina dio un ultimátum a la empresa minera canadiense Barrick Gold, a fin de que depusiera su actitud y se sentara a renegociar el contrato para la explotación de la mina de oro de Pueblo Viejo, Cotuí.
Para entonces advirtió que si en un tiempo prudente, la transnacional no respondía al llamado, el Gobierno introducirá un proyecto de ley mediante el cual impondría un nuevo impuesto adicional al 38% por las ganancias inesperadas que está logrando la firma extranjera.
“Hasta ahora hemos sido prudentes, pero todo tiene un límite”, precisó Medina, tras adelantar que en los próximos años con el actual contrato, de cada cien dólares la empresa extranjera se adueñaría de 97 y el pueblo dominicano sólo 3.
Barrick Gold no tuvo más alternativa que atender al llamado del jefe del Estado, quien consiguió el respaldo y admiración, tanto de los legisladores de todos los partidos políticos, como de la población en general, pues se mostró con sentimientos de un gran patriota y defensor de las riquezas naturales.
Pero resulta que ahora con relación a las pretensiones de la empresa minera Falcondo Xstratanikel, que busca explotar los yacimientos de níquel de Loma Miranda, el presidente Medina se ha mostrado muy cauto y se ha limitado a dejar al Congreso la espinosa decisión.
Danilo en la encrucijada de Loma Miranda
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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