El hospital general docente Luis Eduardo Aybar (Morgan) será demolido, como ya ha sido anunciado por el Ministerio de Salud Pública.
La idea es satisfactoria, cuando de mejorar las condiciones infraestructurales se trata. Pero, sigue siendo gran preocupación lo qué sucederá con la gran cantidad de pacientes que recurren a diario a este centro asistencial. Es cierto que fue declarado “en estado de emergencia” y que de inmediato diversas organizaciones comunitarias de barrios populares como Capotillo, María Auxiliadora, Los Guandules, Gualey y 27 de Febrero hablaron del “impacto que, en términos de servicios de salud, significaría la demolición del viejo edificio”.
Lo ideal sería, como se ha planeado y ojalá se cumpla, que se vaya construyendo simultáneamente. O sea erigir, sin echar abajo las áreas donde se prestan atenciones medulares y antes, haber sido trasladados los pacientes que no admiten tales condiciones debido a su estado. Es el caso del área de quemados, entre otros.
Más allá de los deterioros físicos del Morgan, se sabe que las crisis se han agudizado por carencia de insumos, baja en la calidad de los servicios, escasez de medicamentos, y falta de agua potable. Por lo tanto, no serán las salas nuevas los que provean.
Ahora mismo, debe ser un gran problema para el Ministerio de Salud la reubicación del personal médico, paramédico y administrativo de dicho centro, sin olvidar lo que significan los referimientos de pacientes hacia otros hospitales, sobre todo en estos tiempos de chicungunya, dengue y muchas variedades más de virus y padecimientos de la población.
De manera que se trata de un verdadero desafío, porque más allá de la edad del Luis Eduardo Aybar (1946) y cuya edificación alcanzará un costo aproximado de RD$4,062 millones, para que sea una de las más modernas instituciones en materia de salud, como se espera, debe superar los otros índices que, obviamente, no se solucionan con martillos, cemento y ladrillos…
Demoler, construir y algo más…
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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